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¿Cuándo vale recular?

Faltaban tres minutos para que terminara el partido entre Universidad Católica y Audax Italiano. Lo que parecía ser una faena fácil y sin grandes complicaciones, con amarillas por reclamos y sin goles dudosos, pasó a ser un tremendo dolor de cabeza para el árbitro.

Julio Bascuñán, quizás el juez con mayor proyección en este momento, simplemente no vio la entrada desmedida de Stefano Magnasco sobre el juvenil Eduardo Navarrete. Un planchazo en la rodilla de esos que siguen dando escalofríos incluso después de 100 repeticiones. Esos que en una cancha de barrio generan sí o sí una batalla campal. En primera instancia, el réferi solo cobró tiro libre. La jugada era para roja además de tres años y un día de cárcel.

Al ver al pobre Navarrete retorciéndose del dolor y advertir la cara de preocupación de los paramédicos audinos, Bascuñán captó que la cosa era más grave que una simple falta y le mostró amarilla al cruzado. Un minuto después, cuando el cuerpo médico de Audax confirmaba que el asunto era de cuidado y los demás jugadores ven el estado calamitoso de la rodilla de su compañero, el audio ambiente rescató las palabras de Nicolás Peric: "Julio, mírale la rodilla. Dime cómo esto no era ni amarilla. Y a nosotros nos pones por reclamar".

A esas alturas el CDF iba en la séptima repetición de la brutal jugada. Bascuñán se daba vueltas y finalmente se armó de valor. Fue a buscar a Magnasco, sacó la amarilla e hizo el gesto que quedaba anulada. Luego le mostró la roja. Toda la UC se le fue en contra: los jugadores y el estadio completo.

Bascuñán no vio la falta y sus ayudantes, en primera instancia, tampoco. Al ver las consecuencias, intentó reparar una injusticia. Es legítimo. El punto es el cómo:

-Si Bascuñán actuó luego de ver la rodilla hecha pebre de Navarrete y concluir que era producto de esa patada que él no vio o calibró, su proceder es correcto. Y también muy noble. No cualquiera cambia una decisión que, al mismo tiempo, es reconocer un error en público.

-Si Bascuñán actuó porque le soplaron vía intercomunicador que la repetición televisiva lo dejaba mal parado, el asunto se pudre y el error inicial se multiplica por 10. ¿Por qué? Porque es antirreglamentario, por muy justo que parezca.

Recular ("ceder de su dictamen u opinión", según la RAE) estará bien dependiendo de la forma. Esta vez hubo justicia, pero jamás sabremos si estuvo bien hecho.