El trío de los Cavs deja en nada otro partidazo de Harden
Tiroteo a toda máquina en Cleveland: 43-36 en el último cuarto, un intercambio de triples resuelto finalmente por JR Smith y Kyrie Irving.
El campeón de la NBA, Cleveland Cavaliers, han comenzado la temporada como terminaron la campaña pasada, con una seguidilla de triunfos. Están 4-0 en un inicio de campaña por primera vez en 16 años, 7-0 desde el ya mítico 1-3 ante los Warriors en las pasadas Finales.
Contra los Rockets (128-120) pudieron sentenciar mucho antes y también pudieron perder al final. Porque así son estos Rockets, un equipo que lleva al rival a la confusión y el intercambio vertiginoso de tiros. Quien entre en ese juego, tendrá muchas papeletas de llevarse un buen susto: desaparecen las defensas y se necesita tener claro que se quiere jugar así para no caer en la histeria provocada por el ritmo que impone Mike D’Antoni: 43-36 de parcial en el último cuarto (los Cavs, a tres puntos de su récord en cualquier parcial de toda su historia) y una sucesión de tiros anotados por casi todo el mundo: abrieron brecha (de 92-92 a 105-95) los secundarios de los Cavaliers, metió otra vez en partido a los Rockets Eric Gordon y apareció James Harden para poner de los nervios a LeBron antes de que sentenciaran los triples de JR Smith y finalmente, una vez más, Kyrie Irving. De locos, pero así van a ser muchos partidos de los texanos, que por ahora están 2-2.
Los Rockets anotaron 8 triples en un último cuarto en el que los Cavaliers tuvieron trances en los que parecían incapaces de fallar. Al final, y contra otra hoja estadística hercúlea de James harden (41 puntos, 15 asistencias, 7 rebotes) se impuso la lógica del big three: Kyrie Irving anotó 32 puntos y promedia 26,8. El mejor Kevin Love que ha visto Cleveland acabó con 24 y está en 21 por partido. Y LeBron se quedó en 19 (con 13 rebotes y 8 asistencias) y suma 20,5 por noche. Ese equilibrio, bien sazonado por la muñeca de los secundarios (9 triples entre JR, Shumpert y Dunleavy) tiene a los Cavaliers lanzados y con pinta de perder muy, muy pocos partidos mientras sostengan su actual estado de forma y su química y reparto de tareas, asuntos en los que Tyronn Lue está rematando una enmienda a la totalidad del trabajo anterior de David Blatt. Los Rockets son muy divertidos pero poco pueden hacer finalmente contra eso.