Vuelve Pacquiao... las segundas partes nunca fueron buenas
El filipino, que se retiró en abril, se mide el sábado a Vargas. ¿Cómo les fue en sus retornos a Joe Louis, Ali, Ray Leonard, Tyson o De la Hoya?
Lo más difícil para un boxeador es saber cuál es el final de su camino. Cuando no debe volver a pisar más un ring. Manny Pacquiao parecía haberlo entendido el pasado 9 de abril. Entonces derrotó a Tim Bradley y anunció que pasaba de boxeador-político a solo político (es senador en Filipinas) tras 66 batallas (58 victorias, 6 derrotas y 2 nulos). No vuelve por dinero, porque ha amasado una fortuna digna de figurar entre los deportistas mejor pagados del mundo, ni porque le queden metas por cumplir, pues ha sido campeón mundial en ocho pesos diferentes (dos en organizaciones de poco fuste). Vuelve porque tiene el veneno metido dentro.
Al diablo tagalo le va durar sólo siete meses el retiro. Demasiado poco tiempo para que a sus 37 años se le haya olvidado boxear y para haber perdido toda la velocidad y la capacidad de repiquetear golpes que le han hecho leyenda. Cuenta que viendo un combate de Gennady Golovkin volvió a sentir la llamada de lo salvaje. “Me sentí solo y triste, porque sabía que ya no iba a poder hacer lo que más amaba”. Lo habló con su familia y mandó al zorro Bob Arum a buscar rivales. Encontró a Jessie Vargas (27-1-0, diez años menor), que pondrá en juego su cinturón de campeón mundial welter de la OMB.
Pero las segundas partes en el boxeo casi nunca fueron buenas. ¿Qué ocurrirá con Pacquiao? ¿Qué les pasó a otros grandes? Sin pretender ser exhaustivos, estos son unos ejemplos.
Joe Louis
El ‘Bombardero de Detroit’ reinó en los pesos pesados durante once años y ocho meses. Tan bueno dentro del ring como desastre fuera de él, tras dos defensas frente a Jersey Joe Walcott, colgó los guantes en 1948. Pero una deuda de un millón de dólares con la Hacienda de EE UU le obligó a volver a calzárselos en 1950 contra Ezzard Charles… y perdió en el Yankee Stadium sin dudas. No era el mismo, aunque luego encadenara ocho victorias en un periodo de siete meses forzando la máquina para generar billetes verdes. Le detuvo Rocky Marciano un 26 de octubre de 1951, su tercera derrota en 69 combates. Duró ocho asaltos. Probó luego con la lucha libre y acabó de relaciones públicas en un casino de Las Vegas.
Muhammad Ali
‘El Más Grande’, con la salud ya tocada, anunció su retirada y su renuncia al título mundial de los pesados en septiembre de 1978. Pero las malas inversiones mermaron su bolsillo y, contra el deseo de su fiel doctor, Ferdie Pacheco, retornó ante Larry Holmes, el campeón CMB, que otras veces le había hecho de sparring, en febrero de 1980. Tenía 38 años, pesaba 120 kg cuando no solía sobrepasar los 100 y había estado casi un año parado. Fue una mala sombra de lo que había sido. Angelo Dundee tuvo que arrojar la toalla en el décimo asalto. Pacheco dijo que debían “arrestar” a todos los implicados en el combate porque había sido “deplorable” y un “un crimen”. Trevor Berbick pondría punto y final a la carrera de Ali en Nassau (Bahamas) en diciembre de 1981 al ganarle por decisión unánime. Dos peleas que sobran en la biografía del mito y que acabaron por castigar su salud.
Sugar ‘Ray’ Leonard
El sensacional boxeador estadounidense, un prodigio, fue campeón en cinco pesos diferentes y protagonizó combates de guardar en vídeo frente a ‘Mano de Piedra’ Durán, Thomas Hearns o Marvin Hagler. Se retiró dos veces y los retornos no le fueron mal. Pero protagonizó un tercero seis años después de su adiós en 1991. Fue ante Héctor ‘Macho’ Camacho en 1997, que le noqueo en cinco asaltos. Un epílogo que no merecía su carrera.
Mike Tyson
El pegador más terrible de las últimas décadas, un inadaptado social al que el boxeo sacó de la calle y le llevó a ganar 300 millones de dólares que fue incapaz de conservar, fundidos entre lujo, mujeres y drogas, perdió frente a Lennox Lewis en junio de 2002 e inició su definitiva cuesta abajo. Tras derrotar ocho meses después a Clifford Etienne, se bajó del ring año y medio. En un intento de seguir exprimiendo una carrera ya muerta, se midió al británico Danny Williams y perdió por KO en el 4º asalto con unas rodillas que eran incapaz de sostenerle. El irlandés Kevin McBride le recetó otra derrota, la última, antes del límite. Tras perder con Lewis, no debió volver. El campeón de los pesados más joven de la historia se fue con 50 victorias, 44 por KO, y sólo seis derrotas. Pero las últimas empañaron su descomunal brillo.
Óscar de la Hoya
El ‘Golden Boy’ decidió tomarse un descanso de dos años cuando cayó en 2004 frente al gran Bernard Hopkins en el MGM, en un combate que sirvió para unificar los cuatro cinturones del peso medio. Perdió por KO en el 9º asalto. Retornaría con éxito ante el ‘Matador’ Ricardo Mayorga. No se le dio mal. Pese a ser dominado, acabó ganando por KOT en seis asaltos. Luego, el relevo de púgil más mediático lo entregó a Floyd Mayweather, con quien perdió, y Manny Pacquiao, que le derrotó con una lección. Tuvo que abandonar ante el despliegue agobiante y potente del filipino.