Un Durant majestuoso con los Warriors aplasta a su ex equipo
Con los Thunder 10 arriba (19-29), abrió una lluvia de triples que dejó el partido finiquitado al descanso (68-43). Los Warriors fueron un huracán.
Durante las ocho temporadas que compartieron vestuario en Oklahoma City, Kevin Durant y Russell Westbrook disputaron juntos y siempre como titulares un total de 662 partidos (560 de Regular Season y 82 de Playoffs). Anoche volvían a verse las caras sobre el parqué. Pero no era una cita normal, sino el esperado reencuentro entre dos amigos que llevaban 122 días sin hablarse. El tiempo transcurrido desde el mensaje que KD le envió a Russ para comunicarle su decisión de firmar por los Warriors este verano. El morbo estaba servido. Y para alimentarlo aún más, el segundo decidió plantarse en el Oracle luciendo un llamativo peto de fotógrafo color naranja cuando, coincidencia o no, una de las grandes pasiones del alero es la fotografía. Poco después y ya sobre la cancha ambos se evitaron. No se produjo el esperado saludo.
El duelo tuvo un único ganador: Kevin Durant. Completó una fantástica actuación (39 puntos con 15/24 en el lanzamiento y siete capturas) con los Warriors con la que trituró a su ex equipo (122-96). Los Thunder ya no permanecen invictos (4-1). Tuvo que ser el que fuera su jugador franquicia a lo largo de esta última década quien se convirtiera en su verdugo. A Westbrook le quedará el consuelo de haber producido más tantos (43 entre los 20 anotados y 23 amasados tras sus 10 asistencias, según los datos de @ESPN Stats&Info) que su ahora archirrival (41: 39+2).
El inicio estuvo presidido por la tensión propia de las grandes noches. Eran tantas las cuentas pendientes (a veces nos olvidamos, pero OKC dilapidó en los últimos Playoffs un 3-1 ante su rival de hoy que le dejó a las puertas de las Finales) que Steve Kerr perdió los papeles en los primeros compases. Salió como un loco de la banca para reclamar una personal sobre Curry (quien disputaba su medio millar de encuentros en Temporada Regular). Técnica más que justa. Y la cosa no fue a mayores porque Mike Brown saltó como un resorte para frenarle. Eran los mejores momentos de los truenos. Steven Adams dominaba la zona y dominaba con el rebote ofensivo mientras que Westbrook se duplicaba para anotar y dirigir la orquesta a la vez. Una volcada tremendo del recién llegado Jerian Grant sobre KD ponía el +10 (19-29) a tres minutos del final del primer acto y encendía las alertas en Oakland. Pero Grant, quizá con el que menos iba la cosa, se equivocó al retarle. Como admitiría después Kerr, el póster despertó a la bestia. Y vaya si lo hizo...
Festival Durant
Durant abrió la caja de Pandora, se echó a su nuevo equipo a la espalda y desató el vendaval. Un tornado, nunca mejor dicho, que zarandeó a los de Billy Donovan. Atónito como sus jugadores, el técnico tardó en reaccionar a la hora de poner de nuevo a Westbrook en cancha (parcial de -16 para los suyos en sus 5 primeros minutos de descanso). Poco importó. El base cometió cuatro pérdidas en el segundo cuarto. Espejo de la diferencia entre ambos equipos. Russell es el principio y final del esquema 'thunder'. Por el contrario, 'Durantula' se ha unido a ese engranaje (casi) perfecto que son los Warriors del 73-9. No nos engañemos, lo normal era que sucediera esto. Dicho periodo se cerró con un escandaloso parcial (37-11). Durant, enchufadísimo, lideró el aún más sonoro 49-14 —desde el 19-29 inicial— que dejó el duelo finiquitado al descanso: 68-43. Convirtió sus cinco primeros triples sin fallo para sumar media docena al intermedio y empezó a machacar con plasticidad y violencia el aro de sus excompañeros. Un festival. Se fue con 29 tantos al vestuario en su cuenta. Parece un guiño del destino que en los cuatro partidos en los que se marchó al descanso con más de 25 puntos las víctimas sólo sean dos: los Warriors (tres veces) y los Thunder (hoy). Antes, ya había igualado la racha de 69 partidos consecutivos de Jordan firmando al menos una veintena de puntos. Por delante sólo le queda otra del propio 'Air': 72. Queda cerquita.
Tras la reanudación, tuvo tiempo de convertir un triple más para igualar su mejor marca personal desde la distancia. Además de cerrar el tercer acto con un nuevo mate para deleite de un Oracle absolutamente volcado. Pero entre medias, Oladipo y Curry tuvieron tiempo para intercambiar canastas. El doble MVP dejó que los focos apuntaran a su nueva pareja de baile, pero nos regaló uno de esos momentos de trance absoluto en lo que hace de todo. Y todo resulta maravilloso. Como los dos tiros de tres que clavó. Son ya 167 partidos consecutivos consiguiendo al menos uno. Que siga la fiesta. La máquina de crear baloncesto y destrozar al rival que son estos Warriors (14 tapones pusieron: destacando los 4 de Green y 3 de Pachulia) convirtieron el último cuarto en poco menos que en intrascendente. Con el garbage time viendo ampliado su rango de duración, llegó la hora de los menos habituales. Entre ello, un Álex Abrines que consiguió redimirse de su gris noche cantando su primer bingo en seis intentos. La última canasta de un duelo que nos permitió volver a ver 157 días después de la última vez —el séptimo partido de la final del Oeste 2016— a Durant y Westbrok vestidos de corto sobre un (y en esta caso también el) mismo parqué. Aunque por primera vez, defendiendo distintos intereses. Los divorcios siempre son difíciles. Y más cuando una de los dos partes sale peor parada.
Los próximos reencuentros
18 de enero 2017: Warriors-Thunder
11 de febrero de 2017: Thunder-Warriors (Primer partido de KD en OKC)
20 de marzo de 2017: Thunder-Warriors