Los Sixers cortan su mala racha y ganan su primer partido

1.086 días y 45 partidos después, los Sixers consiguieron su primera victoria de temporada regular en los meses de octubre y noviembre. Lo hicieron con un triunfo en la prórroga ante los Pacers (109-105) en el que sobresalió Joel Embiid. El pívot se repuso a un mal inicio y una mala noche en el tiro (6/18 en tiros de campo) para conseguir entre el último cuarto y el tiempo extra 16 de sus 25 puntos (la mejor anotación de un rookie en lo que llevamos de temporada). En algo menos de 26 minutos, aportó 7 rebotes, 2 asistencias y un tapón.

Allen Iverson, el último gran ídolo de Philadelphia, presenció en directo (Mannequin Challenge) la actuación del hombre que está llamado a sucederle y a marcar una época en la franquicia. Por su parte, Sergio Rodríguez festejó con 7 tantos, 2 rebotes y 9 asistencias (mejor pasador del encuentro) la primera victoria en su segunda aventura americana. El base tinerfeño cosechó así su primer triunfo NBA desde el 12 de abril de 2010, y ante el entrenador con el que debutó en los Blazers (Nate McMillan). Han transcurrido 2.046 días desde que contribuyera con 12 puntos a la victoria de los Knicks sobre los Wizards en el penúltimo partido de su primera etapa.  

Los Sixers (1-7 de récord: último equipo en estrenarse esta temporada) estuvieron cerca de tirar por la borda, una vez más, un encuentro que tenían en la mano. A falta de 25 segundos para la conclusión, dominaban por 100-95 en el marcador. No obstante, un 2+1 de Monta Ellis y dos tiros libres de Paul George (26+9+4 y 2 robos, pero un -17 para los de Indianápolis con él en cancha), que llegaron tras una pérdida del Chacho —quien reclamó sin éxito la personal del Teague—, permitieron a los visitantes forzar la prórroga. No obstante y al contrario de lo que ocurrió 48 horas antes, en esta ocasión los de Brett Brown sí consiguieron imponerse en los últimos cinco minutos. Con Joel Embiid sobre el parqué todo es más fácil. La espera para verle jugar se ha hecho larga (dos años), pero está mereciendo la pena. Jugadorazo.

"Quiero ser el mejor jugador. Cada vez que salgo a jugar, pienso que lo soy", comentó eufórico tras el primer triunfo de su carrera. Hasta su entrenador se rindió ante él: "Ganó el partido para nosotros. Fue nuestra referencia en los momentos finales". Y eso que 'Philly' volvió a perder balones en exceso (20), a conceder casi el doble de puntos en la zona que su rival (28-54) y salirse del encuentro en el ecuador de la primera mitad. Pasó de dominar 21-20 a ir 14 abajo (29-43) a 6 minutos para el descanso. Rémoras que compensaron dominando el rebote (54-40, con 13 ofensivos) y con un mayor acierto exterior (11 triples a 5). Demostró tener alma y carácter. Todos sumaron. Además de Embiid, otros cuatro compañeros anotaron en dobles figuras, destacando el doble-doble de Ilyasova (14+11) desde el banquillo.

Mientras, los Pacers siguen sin dar muestras de lo que se espera de ellos. Continúan sin ganar fuera de Indiana, dejándose partidos fuera de casa muy asequibles, a priori, como el de Brooklyn y este último. Lo mejor para ellos fue que la torcedura de Paul George en el pulgar izquierdo se quedara en un susto y pudiese regresar al encuentro.  

Por su parte, los Sixers (esta misma noche juegan en Atlanta) reciben un espaldarazo de moral con este triunfo que les evita convertirse en el primer equipo de la historia en comenzar tres temporadas consecutivas con un 0-8. En la víspera, Iverson pidió a la plantilla que tenían que creer en ellos mismos. Sus palabras surtieron efecto. Como dice Joel Embiid, hay que confiar en 'el Proceso'. Trust the Process.