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F1. GP DE BRASIL

El show de Fernando Alonso que divirtió en Interlagos

El asturiano volvió a tener problemas en los libres, como el año pasado y podría tener que cambiar el motor de su McLaren Honda.

Alonso en Brasil.
SEBASTIÃO MOREIRAEFE

Decía Fernando Alonso, en una entrevista con AS, que durante los grandes premios suele interpretar un papel, que normalmente solo es el mismo cuando está con sus amigos o su familia, fuera de los circuitos… pero últimamente cada vez más esa máscara que se pone se cae a pedazos y aparece el verdadero Fernando, un muchacho que se divierte con casi cualquier cosa y capaz de sonreír en la tragedia. Sucedió el año pasado. Y ha vuelto a pasar en este viernes de gran premio en Brasil.

El asturiano volvió a ser el monarca de internet, las redes sociales se han revolucionado con su actitud y el hashtag de twitter #PlacesAlonsoWouldRatherBe (lugares en los que Alonso estaría mejor) ha vuelto a ser tendencia mundial. Pero todo viene de un fallo, una avería, un error en definitiva en su McLaren Honda, sufrió una pérdida de presión de agua que afectó al sistema ERS, una anomalía que provocó que desde el muro le dijeran al asturiano que parase el coche, lo hizo y a partir de entonces empezó el espectáculo. Otra vez.

Primero empujó su coche para que no se deslizase colina abajo cuando los comisarios no se habían dado cuenta, después puso una piedra delante de la rueda delantera derecha para impedir otra vez la caída libre del monoplaza. Más tarde, esperando a que llegaran a recogerle, se puso a intentar hacer malabarismos con una piedra como balón y finalmente acabó a los mandos de la cámara robótica que tiene la FOM haciendo planos que son imposibles para alguien que no es profesional.

“Me dijeron que iban a emitir lo que yo grabara, que buscase a Checo Pérez que venía por ahí en ese momento, pero ese joystick es super sensible y enfoqué al cielo, el asfalto, menos a Pérez enfoqué a todas partes, encontrar a Pérez y enfocarle era como buscar un mosquito, casi imposible. Espero entrenar eso para hacerlo mejor, pero no este fin de semana, en el invierno si puedo”, declaró el asturiano.

El mismo piloto, la misma persona que el año pasado después de mil problemas acabó tomando el sol en una silla de camping guiñando el ojo y riéndose del mundo mientras los demás se divertían con él. Así es este asturiano divertido y genial, aunque todos queremos volver a verle ganar aunque el mundo haya descubierto que podría participar, si quisiera, en el club de la comedia. Ahora, a la pista. Y, algún día, a volver a ganar.