Los dos chilenos que dejaron su huella en el fútbol uruguayo

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En Uruguay cuentan que en 1971 cuando se oficializó la venta de Elías Figueroa a Internacional de Porto Alegre, cientos de hinchas de Peñarol, decepcionados con la decisión de los dirigentes, se juntaron en la sede del club para romper sus credenciales de socios.

Probablemente esa imagen sea la que explique de mejor forma la huella que dejó Figueroa en Uruguay. En las temporadas que estuvo, el defensor chileno ganó tres trofeos, fue elegido mejor jugador del torneo, y brilló en un equipo donde estaban algunos de los mejores del mundo.

Hace un par de años, cuando el manya armó su once ideal de la historia, el chileno fue uno de los elegidos. Y cómo no. Se trataba de un jugador que rechazó al Real Madrid, con la idea firme de brillar en el histórico cuadro charrúa.

Ignacio Prieto

Pero Elías no fue el único que se ganaba aplausos en Montevideo en esos años. En la otra vereda y en su misma posición, Ignacio Prieto también ocupó un lugar importante en la historia de Nacional desde 1968 hasta que partió al Lille de Francia 1971.

Con la camiseta tricolor, el histórico jugador de Universidad Católica logró tres campeonatos locales, una Copa Libertadores y una Intercontinental, que lo catapultaron a la galería de los mejores extranjeros que pasaron por ese club en su historia.

En ese periodo enfrentó varias veces a Figueroa, y aunque eran partidos a muerte, la relación entre ambos siempre fue la mejor. "En Uruguay, los clásicos son clásicos, hay que meter la pierna fuerte, no hay excusas. En la cancha no nos topamos mucho, ya que por nuestras posiciones no nos encontrábamos. Los campeonatos no dicen quién de los dos fue mejor, después Elías lo eligieron tres veces consecutivas el Mejor de América y eso me alegró mucho", recordó Prieto en 2009.

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