La magia de Chris Paul destacó en el triunfo de los Clippers
Con sensación agridulce debieron salir los angelinos de Sacramento. Recuperan la senda del triunfo de milagro.
Los Clippers de la primera parte son, probablemente, el mejor equipo NBA del momento y los responsables de que su casillero de victorias tenga el número más alto de la Liga (11). Los Clippers del último cuarto son el equipo que se dejó remontar aquel sexto partido por los Rockets en los playoffs 14-15. La diferencia, evidentemente, es abismal.
Los primeros son un vendaval imparable que arremete una y otra vez contra un oponente que no hace más que dar vueltas sobre si mismo mientras los puntos de los angelinos se disparan. Otra primera parte de +70 puntos (73-54) que debió dejar cerrado el partido (¡70% en tiros de campo!). Más aún si sumamos en tercer cuarto que acabó en empate (31-31). Pero. claro, hablamos de los Clippers... (venían de caer en un partido durísimo ante Memphis que ganó Marc Gasol)
A dos minutos para el final, el parcial del último cuarto era de 13-30 para los Sacramento Kings y el total rezaba 117-115. Un partido que los Clippers habían ido ganando hasta por 26 puntos en la primera mitad, propulsados por la lluvia de triples de Redick (6/8 para un total 26 puntos), se iba a decidir en dos minutos. De locos... O peor. Seguramente peor. El final fue un festival de errores: seis tiros fallados (un solo acierto), 3/6 en lo libres y dos pérdidas (de los Kings). Ganó el menos malo.
Chris Paul
Más allá del partido, de los triples de Redick y de las estadísticas brutales de Cousins (38+13+7+3) y Griffin (29+7+6+2), hay que hablar de Chris Paul. No estuvo acertado en el tiro (2/10, 1/6 en triples), pero dejó tres de las mejores asistencias que veremos en toda la temporada. Un mago con el balón en las manos.