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AFC OESTE DESDE DENTRO

Oakland Raiders: El líder que aún no logra el favoritismo

A pesar de ir con un balance de 8-2 poca gente sitúa a los Oakland Raiders como un equipo sólido capaz de ganar en playoff a cualquier rival.

Actualizado a
OAKLAND, CA - OCTOBER 09: Perry Riley Jr. #54 of the Oakland Raiders reacts after a play against the San Diego Chargers during their NFL game at Oakland-Alameda County Coliseum on October 9, 2016 in Oakland, California.   Ezra Shaw/Getty Images/AFP
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EZRA SHAWAFP

“You are what your record says you are”. La tan mítica como gastada frase de Bill Parcells confronta directamente con la opinión que es mayoritaria respecto a los Raiders. A pesar de comandar una división que ahora mismo daría las 2 plazas de wildcard y de hacerlo con un récord de 8-2 que le sitúa a una sola victoria del mejor registro de la liga, los Raiders parecen tener ciertas flaquezas que hacen que no lleguen a convencer ni parecer lo suficientemente sólidos como para codearse con colosos como Patriots, Seahawks o Cowboys.

No pocos continúan poniendo a Steelers, Falcons, Broncos o Vikings con más opciones de progresar en playoffs que estos Raiders sin que un vistazo a su casillero de victorias les haga cambiar de opinión. Todo el mundo coincide en que el ataque de Raiders es muy versátil, capaz de correr, pasar largo o corto y que cuenta con playmakers peligrosos y una de las mejores líneas ofensivas. Lo que hace que poca gente ponga a los de Oakland en el peldaño que le tocaría según su 8-2 es la etiqueta de “defensa mala”.

Los Raiders tienen un agujero en el centro de la defensa. La posición del middle linebacker lleva todo el año dando dolores de cabeza y se ha probado con muchos jugadores hasta encontrar algo de estabilidad. El resumen hasta la fecha: Al lado de Malcolm Smith, un cumplidor y veterano jugador que nunca llegará a estrella de la liga, pero que no es un desastre, inició Ben Heeney, que desempeñó uno de los peores partidos que le recuerdo a un jugador de NFL. Le siguió el rookie Cory James, quien resultó interesante y con futuro. Hasta ese punto, los Raiders fueron la defensa que más yardas permitían de toda la liga y sus linebackers no podían parar la carrera de los equipos rivales ni tampoco los tightends o cualquier adversario que llegara deambulando con una ruta interior o abierto a la zona flat. Pero hace un mes y medio llegó una nueva adquisición. Perry Riley aterrizó en la bahía con la intención de conseguir dar estabilidad y algo de solidez a una defensa que no conseguía encajar los engranajes. Lamentablemente, el discurso de la “defensa mala” ya había calado demasiado hondo y no se ha podido quitar aunque los Raiders, por ejemplo, sean la 6a defensa que menos yardas permite en los últimos 4 partidos tras Rams, Cardinals, Dolphins, Jets y Ravens.

Pero esos son los fríos números, cierto. Y los últimos 4 partidos han sido contra ataques que no destacan por su productividad. Yo también me doy cuenta que la defensa no termina de funcionar como debería aún con dicha mejora. Contra la carrera se muestra mucho más sólida que al inicio de la temporada -desde la adquisición de Perry Riley-, pero en cobertura, cualquier missmatch entre el tightend y un linebacker no se consigue defender. Y eso es lo que hace que ante equipos muy sólidos los de Oakland vayan a sufrir mucho y que la etiqueta de “defensa mala” siga estando colgada. De hecho, el próximo partido ante Panthers se presenta muy difícil por el tipo de ataque de los de Carolina, que tiene las armas para aprovechar muy bien las debilidades del centro de la defensiva Raider -repasad el timeline de @Rubenibg donde destripa con acierto cómo puede desarrollarse dicho partido-. Yo mismo vaticino una derrota este domingo.

En el partido ante Texans pasó algo interesante. Houston venía con la lección muy bien aprendida de cómo aprovechar ese punto flaco. Realmente jugó muy bien y si hubiese ganado nadie podría discutir los méritos. Atacó la debilidad de los Raiders insistentemente y consiguió alargar sus drives y tener el balón mucho tiempo con pases a media distancia justo detrás de los linebackers. El cansancio saca los colores a cualquier defensa de la liga, pero si tienes una que no carbura bien, entonces te saca las tripas. Los Raiders necesitan que su ataque funcione para que su defensa descanse. Lo necesita más que los otros equipos. Y en ese partido no lo consiguió. No obstante, encontraron la forma de ganar y minimizar los daños que el ataque de Houston les estaba propinando. El blitz desapareció y con sólo el passrush proveniente de la línea le acumularon coberturas a Brock Osweiler que no supo acabar de leer. El QB rating del quarterback de Texans acabó siendo de 104.2 cuando Raiders mandó algún blitz y de 68.8 cuando no lo hizo. Cambiaron el plan de juego defensivo para intentar revertir la situación y les salió bien. Los Raiders buscaron esa victoria y la consiguieron. Cómo buscaron la de Saints con ese two points conversion. Cómo buscaron la de Chargers jugándose ese 4º down que terminó en touchdown. Cierto es que muchos partidos han sido muy ajustados -también las derrotas- y que su defensa comete errores de bulto. Pero siempre encuentran la forma de tener opciones hasta el final. En una liga dónde “any given sunday” el peor equipo puede pelear hasta el final contra el mejor, un récord de 8-2 no se consigue teniendo solamente suerte. Y tener opciones hasta los últimos instantes de cada partido aunque se esté jugando mal es tan primordial como meritorio. You are what your record says you are?