Una canasta de Anthony da un sufrido triunfo a los Knicks
Tuvo que ser a la segunda. Los de Manhattan se impusieron en la prórroga a los Hornets, que ya han perdido cuatro seguidos.
Otra fiesta en el Madison Square Garden. Y no lo digo porque el juego de los New York Knicks fuera excepcional (no es el caso...), sino porque cada partido igualado, tenso y de alta competición es motivo de celebración en la gran manzana después de tres años muy duros. Y si además ganan los locales con una gran canasta de su estrella en la prórroga... ¡fiestón!
Esta vez Kristaps Porzingis no estuvo a su espectacular nivel de las últimas semanas y la pareja Rose-Jennings no tuvo la influencia de partidos anteriores. Pero sí estaba el mejor Carmelo Anthony de la temporada. El alero, que empezó como un tiro (16 en el primer cuarto), fue dueño y señor de su equipo, anotando sin parar cuando el equipo lo necesitaba y prestando atención a esos pequeños detalles que tan importantes son en partidos igualados (robos, algún tapón, muy buenos rebotes...). Justo en la semana en la que se empezaba a hablar de si eran el equipo de Porzingis o de Melo, el 7 reivindicó su posición de superestrella con un encuentro bárbaro: 35 puntos, 13 rebotes, cinco asistencias, dos robos, un tapón, tres triples (3/6) y la canasta que dio el triunfo a los suyos. Desde el codo, con la elegancia de siempre. Poca broma. Pero a la segunda...
Trece arriba se fueron los Hornets en el tercer cuarto (grande Belinelli: 19 puntos, 7/11 en los tiros), pero duró entre poco y nada su máxima ventaja. Los de Clifford son un equipo serio que no regala absolutamente nada (el equipo que menos balones pierde desde hace tres años) pero que parece algo tocado por la actual racha (cuatro derrotas seguidas).
Cuando peor lo tuvieron los Knicks fue cuando mejor jugaron (gran respuesta que dice mucho del momento en el que se encuentra el equipo): del 57-70 al 79-74 en siete minutos espléndidos de los neoyorquinos pero extremadamente flojos por parte de los visitantes (cometieron seis de sus 13 pérdidas en ese tramo).
Con el partido igualado en los últimos minutos, Rose clavó otro tiro importante desde el lado izquierdo (como ante los Blazers, pero a tabla) y, tras un 2+1 de Kemba Walker que empataba el partido (17 puntos: no tuvo su mejor día), Melo estuvo cerca de cerrar sobre la bocina, pero el tiro no quiso entrar (el pase a Porzingis, que corta por línea de fondo, no era tan fácil).
En la prórroga, Porzingis (16+8) anotó un triple clave y puso su tercer tapón (espectacular; siempre deja su marca), pero fue Carmelo el que, esta vez sí, remató. "Sinceramente, quería ese tiro. Quería ese momento", dijo el alero.
En el regreso de Noah, Willy Hernangómez (6+9) jugó todos los minutos importantes del cuarto cuarto (seis puntos y nueve rebotes), pero cometió un error en la jugada del empate de Walker (falta de novato) y Hornacek se decidió por Kuzminskas para el tiempo extra. "Tengo que decir que agradezco mucho la confianza del entrenador", admitió Willy tras el partido (ESPN).
Los Knicks, que siguen mejorando día a día (es un proceso largo, como dijo Rose tras la victoria ante los Blazers), están ya por encima del 50% (8-7, sextos en el Este). El conjunto neoyorquino ha ganado tres seguidos, cinco de sus últimos seis y seis seguidos en el Madison (7-2 en total). Mejor de lo que muchos esperaban. Mucho mejor.