Los Vikings sufren para ganar y se mantienen en la pelea
Los Jaguars volvieron a cometer su tradicional festival de errores para que los Vikings ganaran un partido en el que reaparecieron todos sus fantasmas.
Los Vikings viven en un permanente estado de ansiedad. 68 yardas entre Asiata y Mckinnon, sus corredores, sigue siendo una cifra minúscula para ellos. Es un lastre que no son capaces de soltar, un bucle que les tiene prisioneros. Por suerte para ellos, Bradford sí fue capaz de lanzar pases profundos a Thielen, Rudolph y Diggs ante los Jaguars, lo que reactivó su ataque lo suficiente para ganar. Todo ello a pesar de que una vez más se volvieron inoperantes en las últimas yardas, donde se dejaron un cuarto down en la primera mitad, y un fumble perdido en la segunda.
Sin embargo, tenían enfrente a los Jaguars, que son capaces de resucitar a un muerto, y eso es exactamente lo que consiguieron. Un récord 7-6 permite a Minnesota seguir soñando, casi siempre con combinaciones casi imposibles, pero la experiencia dice que las últimas jornadas de la NFL suelen ser siempre imprevisibles y todo puede suceder.
Los de Jacksonville no es que jugaran especialmente mal. En realidad, incluso estuvieron mejor que otras veces, con un Bortles que no cometió demasiados errores y Marqise Lee dándose un festival de 113 yardas en cinco recepciones. Sin embargo, tienen un arte casi genial para cometer errores autodestructivos. Desde una salida falsa de su quarterback (no creo que haya habido muchas de esas este año), hasta un golpe al punter rival para devolver a la vida al rival cuando ya le trasladaban a la UVI.
Entre ansiedades y errores, ambos equipos se fueron al descanso con nueve puntos en les saco, gracias a tres field goals por barba, que dejaban todo por decidir en la segunda mitad y la sensación de que si alguno de los dos conseguía abrir diferencias, el otro sería incapaz de alcanzarle.
Myers, que en la primera mitad había anotado sus dos field goals, uno de ellos larguísimo de 55 yardas, falló los dos que intentó en la segunda parte, el primero de ellos en el drive inicial. Por el camino, los Vikings, mucho más entonados, conseguían anotar en cuatro de sus cinco posesiones (la otra era un fumble de Asiata en la yarda 1 rival) y poco a poco fueron recuperando la confianza en su juego gracias a que Bradford tenía todo el tiempo del mundo para lanzar y se sentía más cómodo en el backfield de lo que había estado en los últimos dos meses. No es que los Jaguars bajaran los brazos, por el contrario, llegaron a adelantarse (16-12) gracias a un touchdown de Walters. Simplemente es que después de esa anotación no dejaron de darse tiros en el pie en forma de penalizaciones y además se colapsaron en ataque, donde dos tres y fuera consecutivos des hicieron mucho daño.
Los Vikings aprovecharon el desconcierto rival para adelantarse de nuevo con un touchdown de carrera de Asiata (16-18) recién comenzado el último cuarto. Después llegó un nuevo touchdown, esta vez de un Rudolph que siempre apareció en los momentos decisivos (25-16) para poner en el marcador a falta de poco más de dos minutos la diferencia de dos anotaciones en el marcador que ya fue inalcanzable para Jacksonville.