¿El nuevo Beccacece?
Sebastián Beccacece cometió todos los errores posibles durante su estadía en Universidad de Chile. Desde el minuto uno cuando empoderado como técnico electo hizo desfilar a los jugadores prescindibles por las oficinas de Azul Azul, pese a que el torneo no había terminado y Martín Lasarte aún estaba en el banco, hasta su último día en el cargo cuando completamente disociado de la realidad seguía creyendo que podía revertir la crisis del equipo.
Entremedio, un panorama conocido: la pésima campaña, un cuadro que nunca adquirió una identidad de juego, los refuerzos que no respondieron y la evidencia de un plantel mal armado. Súmele, el asado de la discordia, el castigo a cinco de los once comensales, la controversia con su preparador de arqueros, la patada al refrigerador y el mundo paralelo de Beccacece en sus análisis postpartidos. ¡Vaya registro!
El término de la historia también lo sabemos. Fin del ciclo en la U. Vacaciones en Miami, breve cesantía y fichaje en Defensa y Justicia, un equipo menor, muy modesto en fútbol argentino y comprometido con los últimos lugares. ¿Cómo le ha ido tras un mes de trabajo? Infinitamente mejor que en el CDA: ganó tres de cuatro partidos, luce un 75% de rendimiento y situó al equipo en la medianía de la tabla.
Nadie tiene la bola de cristal para decir cómo terminará la aventura de Beccacece en el balompié trasandino. Pero una cosa es segura, su discurso, la épica que subyace en sus argumentos, el fútbol conmovedor que intenta desplegar tiene más opción de penetrar, de seducir en un equipo pequeño y aproblemado que en una institución grande. Especialmente, al comienzo de su carrera como técnico, cuando todo es experimentación, un mundo nuevo. Por lo visto, Beccacece aprendió de ciertos errores y su arranque en Defensa y Justicia así lo demuestra.
Tal como anticipó Jorge Sampaoli en un café con amigos al enterarse que su ex ayudante se convertiría en el nuevo entrenador de la U, llegar al banco azul sin escalas fue un yerro total, de los dirigentes y del propio Beccacece. Según Sampaoli era un disparate, estaba verde y debía empezar en un equipo más chico, con menor presión. Un pleno del técnico del Sevilla.
Muchos creímos que Beccacece podía hacer un buen trabajo en la U. Su labor en la Roja, el reconocimiento de sus referentes y el conocimiento del mundo azul hizo pensar que podía lograrlo. Craso error. Jaque mate para Sampaoli.
Hoy mientras la U busca entrenador para afrontar el 2017, Beccacece trabaja sin sobresaltos en la localidad de Gobernador Costa. Probablemente no haya mejorado tanto sus habilidades blandas ni la desproporción de su análisis, pero está tranquilo y sacándole trote a un equipo que necesitaba un remezón. Ese contexto es terreno fértil para el rosarino que a poco andar está relanzando su carrera mejor y más rápido de lo que varios pensaban.