Croizon, el mayor reto en el Dakar: sin manos y sin piernas
Una descarga de 20.000 voltios durante varios minutos cuando intentaba arreglar su antena dejó al francés sin las cuatro extremidades.
Una descarga de 20.000 voltios que duró varios minutos cuando intentaba arreglar su antena dejó a Philippe Croizon sin las cuatro extremidades. Pero, en otro ejemplo más que ha sabido convertir la adversidad en oportunidad, este francés de 47 años decidió asumir retos brutales sin manos y sin piernas. Desde cruzar el Canal de La Mancha a nado cuando ni siquiera sabía nadar, hasta unir los cinco continentes, también a nado.
Ahora ha puesto sus miras en el Dakar, donde pilotará un buggy gracias a un joystick que manipula con su muñón derecho y que le permite acelerar, frenar y girar. Con el muñón izquierdo cambia de marchas y acciona, faros, intermitentes y elevalunas. Gracias a un sistema de apertura rápida en el arnés ha podido cumplir con la normativa que obliga a salir del coche en sólo 25 segundos.
“Siempre fui un apasionado por los deportes mecánicos”, explica, “y por supuesto de la aventura. El deporte ha sido una herramienta de recuperación importante que me permitió ser más abierto hacia los otros y aceptar mi nuevo esquema corporal. Una vez que me planteo algo siempre busco lograrlo. Voy a trabajar muy duro este año para alcanzar mi objetivo de terminar. Pero no será el desafío de un solo hombre, sino el de todo un equipo”.