Federer-Nadal: dos viejos conocidos con nuevas raquetas
El tenista español metió algo de peso peso en la punta de su Babolat y la de Federer, una Wilson, es ahora ligeramente más grande.
Rafa Nadal y Roger Federer llegan a la final con cambios en sus armas. Lo que dice mucho de su hambre en 2017. Dos tenistas que reúnen 31 Grand Slams asumieron el riesgo de modificar sus raquetas. Los dos han buscado potenciar sus tiros aun a riesgo de perder control.
La recuperación del drive y el saque más afilado que ha lucido Nadal tiene que ver también con unos gramos de peso (no más de tres) que ha colocado en la punta de la cabeza de su Babolat. “Busco más potencia. Cuando tienes algo más de peso, la raqueta pasa más rápida y la pelota corre más, pero hay que controlarlo”, contó él en Melbourne.
“Rafa ya añadió tres años atrás tres gramos en la punta. Por poco que parezca, lo que pesa un azucarillo, se nota una barbaridad. Hablamos de una masa que en global puede pesar 360 gramos. Tres más es un 1% o no llega, pero cuando los colocas en la punta y no repartidos hacen el efecto de un martillo. Con poca fuerza, al tener todo el peso en la punta de la cabeza consigues mucha inercia y potencia”, explica Xavi Segura, encordador del equipo de Copa Davis, que ha tenido la raqueta de los mejores entre sus manos. “Pero al llevar todo el peso en la punta, puedes perder la dirección. Darte un martillazo en el dedo”, describe gráficamente.
La pérdida de explosividad y fuerza por la edad se intenta compensar tirando de material. En 2016, Nadal ya probó a jugar con otro cordaje. Pero al caer en primera ronda con Verdasco en Australia, lo desechó. “Despedía bien la bola y cogía mucho efecto, pero la lubricación del cordaje hacía que se abrieran las cuerdas cuando pegaba esos drives tan violentos. No le dio confianza en el fondo de pista”, revela Segura.
Federer seguía con una Wilson heredada de Pete Sampras, y pidió modificaciones. La cabeza es más grande y el marco más grueso. “Superada la treintena, ha buscado una raqueta que le ayude más. Ha pasado de jugar con una de superficie de cabeza y marco más pequeñas a aumentarlos. Así, si llega un poquito más tarde, va a poder pasar la bola. Ha bajado el peso porque jugaba casi con 400 gramos (esta está por los 360) y eso hoy en día no lo lleva nadie. Con una raqueta más pesada generaban mucha potencia. Pero en un tenis tan rápido y con tantos cambios de empuñadura no tiene sentido”, desgrana Segura. Todo suma.