Otro desastre de los Cavs y el peor mes de LeBron en 11 años

Los Cavaliers abrieron la temporada, con una sonrisa de oreja a oreja y subidos en la inercia de su histórica remontada en las Finales 2016, en 13-2. Ahora están 32-15 con muchos indicadores negativos: solo 11-10 fuera de su pista, 3-6 en segunda noche de back to back, un rating defensivo que les pone en tierra de nadie (15º en la liga) y un mes de enero nefasto: 7-8, el primer mes natural en el que LeBron James (sin mediar lesión: diez o más partidos disputados) tiene balance negativo desde febrero de 2006. Hace casi once años, era su tercera temporada en la NBA.

LeBron superó ayer, sumando Regular Season y playoffs, los minutos de Michael Jordan en toda su carrera. Tiene 32 años con 1230 partidos en las piernas y cada verano habla sin tapujos del esfuerzo físico y psicológico al que le obliga cada viaje de largo recorrido por los playoffs. Y por eso anda lanzando avisos a los Cavaliers: el momento de ganar con él a los mandos es hoy. Mañana, quién sabe qué pasará. Los Cavs, con sus 40 millones de pérdidas, le afean el gesto el público y, mientras, no llega el playmaker (base o no base) que LeBron reclama a cualquiera que le pregunte y Kevin Love se fastidia la espalda. Sin daños graves aparentes pero con las peliagudas sensaciones que siempre conlleva una lesión así.

Ese es el panorama de los Cavaliers, en cuesta abajo desde el partido de Navidad contra los Warriors y ayudados solo por un Este en el que, con los Raptors a la cabeza, nadie parece tener ganas de discutirles nada. Si ellos pierden, los demás pierden todavía más. No vaya a ser que… Pero el hecho es que los Cavs han ganado 4 partidos de 11 y solo 1 de sus últimos seis a domicilio. Después de dos victorias en casa ante rivales como Nets y Thunder, se pegaron un costalazo muy serio (104-97) en Dallas, con maquillaje final: a falta de cuatro minutos (100-85) ya no estaban en pista ni LeBron ni Kyrie Irving, que combinaban en el último cuarto un punto y un 0/4 en tiros. Y en el partido, 11 de las 17 pérdidas totales del equipo (las mismas que asistencias y de las que sacaron 25 puntos los Mavs) y un 2/14 en triples. -13 combinado en pista pese al 23+9+9 de LeBron y con 18 puntos en 21 tiros y más pérdidas que asistencias de Irving.

En el extremo opuesto, los Mavericks: 7-3 en los últimos diez partidos y 13-12, en positivo, desde que se vieron 5-18. De su peor inicio de temporada de la historia a hablar, todavía no muy en alto, de los playoffs. Y todo con bajas constantes, un roster absolutamente cuestionable y un paso constante por los talleres de Rick Carlisle, sin ninguna duda uno de los mejores entrenadores de la NBA. Sin Deron Williams, Andrew Bogut y JJ Barea, los Mavs ganaron a los Cavs 24 horas después de ganar en San Antonio a los Spurs. Y lo hicieron con 24 puntos y 11 rebotes de Harrison Barnes, 16 y 4 asistencias de Seth Curry, 21 de Wesley Matthews, un toque de liderazgo de Nowitzki… y 19 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias y 4 robos de Yogi Ferrell, en su segundo partido con el equipo y todavía con un contrato de diez días.

En un enero con muchos partidos muy cuestionables, este fue uno de los peores de los Cavaliers. Obviamente sin dos titulares (Kevin Love y JR Smith) pero también sin energía en defensa y sin movimiento de balón (los dos grandes males de estas semanas negras). Sin capacidad para sujetar a rivales como Yogi Ferrell y Diwght Powell y con malas caras pese a la certeza de que el objetivo real está todavía lejos y de que sus problemas no son problemas reales porque cuando llegue la hora de la verdad todo volverá a ir bien, al menos hasta las Finales. Y más les vale que sea así…