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Super Bowl LI

Dan Quinn: “Nunca he buscado que seamos el Seattle del Este”

El entrenador de los Atlanta Falcons alaba la figura de Pete Carroll, su mentor en los Seahawks, pero apuesta por un estilo propio.

Dan Quinn ha creado un estilo propio en los Atlanta Falcons que no es heredero directo de su etapa anterior en los Seattle Seahawks.
Tim WarnerAFP

De su encuentro con la prensa el miércoles, algo quedó claro: Dan Quinn tiene una enorme oportunidad enfrente. No quiere que nadie pierda el foco. Nada de enseñar el anillo que ya ganó a sus jugadores. Nada de despistarse. “Dan nunca menciona Seattle”, dice el DE Dwight Freeney, “sólo habla de lo que hacemos nosotros. Nunca habla del pasado, hablamos del ahora y el futuro.”

El pasado pegajoso, caleidoscópico. El que muestra colores de todas las gamas: de cómo Quinn destruyó a los Broncos y Manning en la Super Bowl XLVIII; de cómo los Patriots arrebataron a los Seahawks la XLIX, con aquella célebre jugada final de pasar y no correr cuando tocaba correr y no pasar, cuando se empezaban a oír fanfarrias de dinastía (hoy muy apagadas) para los del estado de Washington. Quinn la recuerda a su manera: “La mayor parte de la gente habla de la famosa última posesión, pero yo recuerdo más vivamente la anotación anterior. Aprendí mucho de aquel partido, sin duda, pero al final esa fue la parte más dura”.

Aquella primera vez

Esta será la segunda vez que Brady se enfrentará a una defensa de Quinn. En aquella primera ocasión, Brady completó 37 de 50 pases para 328 yardas, 4 pases de TDs y 2 intercepciones. Es el récord de pases intentados por un QB en una Super Bowl, pero también la única de sus seis apariciones en el partido final en que lanzó más de una intercepción. Y eso a pesar de que Brady evitó pases largos hacia la temible secundaria, “Legion of Boom”, martilleando con pases cortos y medios.

Algo similar a lo que los Patriots hicieron contra Pittsburgh en la final de Conferencia. ¿Podría repetirse en Houston el domingo? Quien avisa no es un cualquiera: Kevin Gilbridge, ex-coordinador ofensivo de los Giants, derrotó por dos veces a Bill Belichick en sendas Super Bowls, y anuncia los posibles planes del “monje”: “Si quitas las tres veces que enviaron a Chris Hogan, el flea-flicker y todo eso, en realidad la mayor parte del trabajo ofensivo que hicieron contra los Steelers es de pases cortos y control de balón, similar a jugar por tierra y a la carrera. Claramente los Patriots son capaces de hacer ese tipo de juego de pases rápidos y cortos, calculando muy bien cuando lanzan en largo, y cuando eso ocurre pasan dos cosas: que mantienes a tu QB en el campo y que mantienes a Matt Ryan en la banda.”.

Una defensa en evolución

¿Cómo de vulnerables serían los de Atlanta antes ese plan de juego? Comparando con su anterior obra en Seattle, lo cierto es que la defensa de Quinn con los Falcons no ha sido precisamente un campo de minas, terminando 25ª en la liga regular y 27ª en puntos recibidos. Si Atlanta ganase la Super Bowl se convertiría en el equipo con peor media de puntos recibidos por partido (25.4) en ser campeón.

Pero algo cambió desde el bye de la semana 11. Ahora es más agresiva, saliendo mucho más en blitz, como pudo comprobar Aaron Rodgers en sus carnes durante la final de la NFC. Y en los seis últimos partidos han reducido la media de puntos encajados en 8.3 puntos respecto a aquella de los primeros 12 partidos. Quinn ve claras las razones: “Jugamos más rápido ahora. Y la razón no es que los jugadores sean más rápidos. Nuestra velocidad ha cambiado como defensa”.

Atacar por tres frentes

Quizás la ruta hacia el ansiado trofeo Vince Lombardi no dependa tanto de la defensa exclusivamente, y esté ya señalada en su mapa del tesoro: “Queremos atacar en los tres frentes. La conexión entre la defensa, el ataque y los equipos especiales ha sido un gran factor para nosotros y lo que nos ha permitido jugar bien. “

Quinn sabe también que la batalla ya se está librando en el plano mental y, sin perder respeto por el contrario, no quiere que ni él ni los suyos se dejen intimidar: “Durante años Belichick ha sido un entrenador increíble y le vemos como un modelo por su consistencia. Pero todo eso queda a un lado: se trata de esta semana y de este partido, y de cómo de bien podemos jugarlo”.

Finalmente, Quinn desdeña ser o no favorito a los ojos de los espectadores: “Mi motivación no surge de no ser favoritos, sino por levantarme el domingo y decir ‘voy a por este partido’. No puedo esperar a que llegue ese momento, a que llegue esta oportunidad”.

Un segundo anillo, una forma de decirle a Pete Carroll: “entrenador, lo hice a mi manera”.