Hardaway Jr destruye Houston: 21 puntos para la remontada
Los Hawks perdían por 20 puntos a 8:26 del final, pero entonces apareció el escolta, que cerró la noche con una volcada espectacular.
La NBA es maravillosa. Pensarán, cursilada para empezar, pero estoy seguro de que todo el que haya visto el partido sabe que hoy toca. Porque lo que pasó ayer en el Toyota Center de Houston está fuera de lo normal y porque son noches que solo te regala la NBA. Pongámonos en situación: 8:26 para el final del partido, Eric Gordon clava un triple que pone a los Rockets, dominadores claros de los primeros 40 minutos de encuentro, 20 puntos arriba (97-77). Los Hawks, que venían de perder la noche anterior en Miami (back-to-back duro), parecían muertos; enterrados. Pero todo cambió en unos minutos... ¡Magia!
Primero un 6-0 rápido en el que los Rockets, siempre un equipo despreocupado y poco aplicado en defensa cuando tienen grandes ventajas (mala cosa...), permitieron tres bandejas consecutivas de sus rivales. Ya solo eran 14... Gordon y Harden (41 puntos, ocho rebotes y ocho asistencias, por cierto) anotaron un par de veces para mantener distancias, pero Dwight Howard (impresionante en su regreso a Houston: 24 puntos y 23 rebotes, dueño y señor de la pintura) frenó otras tantas y con 6:24 en el electrónico empezó el impagable espectáculo de Tim Hardaway Jr. El escolta, titular por la baja de Sefolosha, se encendió de forma kobebryantesca y no paró de anotar hasta el final: bandejas con contacto (2+1), varios triples y un mate final que provocó un apagón general en Texas. ¡No podía fallar! Qué bestia...
En los últimos 6:24, HardawayJr anotó 21 de sus 33 puntos (23 totales en el cuarto cuarto) y superó a todos los Rockets 21-9. Budenholzer mantuvo a Bembry y a Delaney en cancha hasta el final (es un entrenador brillante) y, con buenas defensas y toda la salsa de Hardaway, sus Hawks se llevaron un triunfo improbable de un Toyota Center que acabó congelado.
En resumen, 33 puntos (career high) de un Tim Hardaway Jr mágico, partidazo (venganza...) de Dwight Howard, gran trabajo, como casi siempre, de Budenholzer y pinchazo bestial de unos Rockets (fallaron hasta tres triples en la misma jugada; nada salía al final: perdieron 11-36 los últimos 8:26 de partido) que no se podían creer lo que estaba pasando. La NBA es maravillosa. Una noche de jueves en Houston, aparece Hardaway Jr. ¿Ahora me entienden, no?