BETIS 0- VALENCIA 0
Valencia de Orellana rescata un punto ante Betis de Gutiérrez
El delantero chileno jugó 81' en la igualdad sin goles del elenco Che, que la sacó barata ante la escuadra de Felipe Gutiérrez, que no estuvo citado.
Resistió el Valencia en Sevilla a pesar de sus dudas atrás y de su escaso plan atacante, aunque el empate le vale a Voro para tapar momentáneamente la sangría que Las Palmas y Eibar habían vuelto a provocar. Más de media docena de ocasiones claras llenaron de merecimientos al Betis, incluidos dos palos, pero no fue el día rematador de Rubén Castro. Con todo, los verdiblancos pueden suspirar otra vez, arbitralmente hablando: Trujillo Suárez se comió un penaltón por manos de Pezzella.
Eso ocurrió en la primera parte, en la mejor ocasión, prácticamente la única clara que tuvo el Valencia en todo el partido. Antes y después, rosario de llegadas del Betis, que al menos mantiene el invicto en el Villamarín con Víctor y ya es (siete veces) el equipo de Primera que más veces ha dejado la meta a cero al calor de su gente.
Rubén Castro estuvo listo, creativo, participativo y jugón, casi se fabricó él solo tres ocasiones en la primera mitad. La primera la mandó al palo y las otras dos, a las piernas de los defensas valencianistas. Demasiado artista puso Voro y poca contención, y quizá eso lo pagaron los desubicados zagueros de Mestalla, sobre todo Aderlán Santos. Álex Alegría, tras una alocada salida de Alves, también estrelló en el cuerpo rival un balón casi a puerta vacía. El portero brasileño se redimiría casi al final, a desviar con reflejos un tiro a bocajarro (otro) del 24 bético.
Hasta ese minuto, el 70, tuvo gasolina y empuje el Betis, mucho más al menos que el Valencia. Mina se había perdido entre tanto central bético y tuvo que ser retirado por lesión, parece que no leve. Zaza casi ni la tocó la pelota y Orellana, que debutaba como titular, se asoció poco y lejos del área con Nani y Munir. Tuvo que ser Cancelo casi al final quien le pusiera la prueba más difícil a Adán, que la desvió a córner, con una gran estirada abajo. El empate no saca de pobre a ninguno de los dos, pero en esta Liga de salvación baratísima debe servir para respirar durante algún otro ratito.