¿Qué le espera a la Fórmula E en los próximos años?

La FIA Fórmula E pasa por un excelente momento. Hace pocos días se confirmó la inversión en la propiedad por parte del grupo chino CMC (China Media Capital) de "varias decenas de millones de euros" como dice el comunicado oficial.

En 2014, cuando se confirmaba el primer calendario de la categoría, la Fórmula E tenía como objetivo que las compañías tecnológicas automotrices avanzaran en el desarrollo de los autos, y no partiera como una "competencia lista".

A tres años de aquello, ya se habla que en la quinta temporada una carga de batería durará la carrera completa y no será necesario el cambio de monoplaza por parte de los pilotos. Un gran avance, considerando que el principal problema que tienen los autos eléctricos es la autonomía que ofrecen. También han salido una serie de soluciones en el ahorro de energía, distribución y consumo junto a los equipos participantes.

Y esto, como pasa en el mundo de la competición, terminará llegando al consumidor final.

Es por eso también que varias marcas oficiales se han hecho parte: Audi, Renault, BMW, Mahindra, Citröen, entre otras, ya cuentan con escuderías oficiales en las filas del campeonato. Cada vez se hace atractiva para los pilotos también. Varios ex Fórmula 1, o campeones en otras competiciones están entre las filas. Y el público no se queda atrás: con lo parejo de las carreras, se han ofrecido buenos espectáculos con duelos en pista cada vez más emocionantes.

Las figuras mundiales tampoco se quedan fuera: Leonardo Di Caprio, reconocido ecologista, es propietario del equipo Venturi Racing. Richard Branson, el famoso magnate estadounidense, participa con el equipo oficial Virgin en asociación con DS Automóviles (Citröen).

Y en cuanto a las locaciones, la filosofía de Alejandro Agag (CEO de la Fórmula E) de realizar grandes intervenciones urbanas en las principales ciudades del mundo no merma: por ejemplo, Nueva York ha sido siempre un anhelo de la Bernie Ecclestone y la Fórmula 1, pero será la Fórmula E la que tenga la primera carrera callejera en la historia de la ciudad. Otras ciudades emblemáticas como París, Hong Kong, Marrakesh, Mónaco, Miami, Beijing, Londres, son y han sido parte del campeonato.

En el caso de Sudamérica, la categoría ha tenido altos y bajos: la primera temporada tuvo como escenarios a Buenos Aires (Argentina) y Punta del Este (Uruguay). La fecha charrúa salió del campeonato luego del primer año, y la capital trasandina ha estado presente tres consecutivos.

Sin embargo, se corre peligro de que Argentina pierda la fecha. El plan de construcción de una autopista que pasa por encima de la Reserva de Puerto Madero -donde está el circuito- amenaza con poner fin al ePrix de Buenos Aires.

En tanto, Brasil, que estaba en el calendario inaugural y luego no se realizó por lo complicado de la organización al tener el mundial de fútbol de 2014 y los JJ.OO en tan poco margen de tiempo, puede volver a tener una oportunidad dentro del torneo.

Chile es un escenario atractivo para la Fórmula E porque el país recoge tres elementos esenciales que tienen que ver con la movilidad eléctrica, según dicen al interior de la compañía. La contaminación de Santiago, la producción de cobre y las reservas de litio, van de la mano con el discurso ecológico de la competencia. Es por eso que las gestiones para ser sede en alguna de las temporadas venideras avanzan con fuerza.

La visita a la carrera de hoy sábado del Ministro de Medio Ambiente, Andrés Rebolledo, lo confirma. Acompañado del ex piloto de Fórmula 1, Eliseo Salazar (promotor local de la Fórmula E en Chile), el titular de la cartera se reunió con Alejandro Agag, CEO de Fórmula E, para hablar de las posibilidades concretas de tener la carrera en suelo nacional. A esto se suma la presencia de la empresa italiana Enel como auspiciador global, y que tiene operaciones en Chile, lo que facilita aún más las gestiones que se llevan a cabo.

La Fórmula E se ha empeñado en demostrar que los autos eléctricos son atractivos y entretenidos tanto de mirar como de conducir, desmarcándose del camino habitual que hace la Fórmula 1. Y sin dudas, a los pasos que va, lo está logrando.