Federer vence en Dubai y pone en duda su presencia en Roland Garros
El suizo, tras un mes de descanso después de Australia, derrotó a Paire por 6-1 y 6-3. Dejó claro que este año dosificará. El gran objetivo: Wimbledon.
Roger Federer volvió a la competición sin sobresaltos en Dubai, donde tiene una casa y prepara la temporada, y derrotó a Benoit Paire por 6-1 y 6-3 en 54 minutos para citarse en segunda ronda con el vencedor del Mikhail Youzhny-Evgeny Donskoy de mañana. Como si tuviera prisa por no desgastarse, y después de lograr su 18º Grand Slam en Australia en una final inolvidable frente a Rafael Nadal, el suizo ventiló sin problemas al francés, un jugador imprevisible y que sufrió una torcedura en su tobillo derecho cuando perdía 4-1 que acabó lastrándole y descentrándole. Venía Federer de tomarse un mes de pausa, de pasear su sonrisa en los Mundiales de esquí de Saint Moritz y fotografiarse con la Copa Norman Brookes en la nieve de los Alpes, feliz como un niño con 35 años. Disfrutando otra vez de las alturas.
En la pista rápida de Dubai, donde ya ha ganado en siete ocasiones (2009-2015), Federer tomará inercia para los Masters 1.000 de Indian Wells (9 de marzo) y Miami (23 de marzo) dejando abierta después la puerta a recortar al máximo la temporada de tierra para llegar a tope a su gran objetivo: un octavo título en Wimbledon. Y si para ello tiene que renunciar a Roland Garros (en 2016 no jugó por problemas en la espalda), lo hará. Así lo dejó entrever en el emirato.
"Sé que Roland Garros sería duro y me exigiría trabajar mucho en la campaña de tierra para estar bien preparado. E incluso eso no me daría garantías. Debo preguntarme cuánto podría dar de mí en Roland Garros. Sé que en Wimbledon y el US Open siempre tendré oportunidades si sigo sano, porque la pista y la velocidad me favorecen. Así que me atrevo a soñar. ¿Por qué no?", expresó el de Basilea. París queda en duda. Su periplo sobre arcilla, sin definir.
La estrategia de Federer, con su tenis engrasado y tras purgar seis meses lesionado en 2016, pasa claramente por racionarse, no por exprimirse. "Debo tener cuidado, y hasta abril no sabré exactamente cómo estoy y cómo reacciona mi cuerpo, cuántos partidos puede soportar", dijo claramente. Lo que le queda a Federer lo dedicará a disfrutar. A mostrarse fuerte donde se siente cómodo.