Highlander
Esteban Efraín Paredes Quintanilla cumplirá 37 años en pocos meses más. Una edad en la que la mayoría de sus colegas colgó los botines y cambió de giro. El goleador del Cacique, en cambio, está más vigente que nunca. Y marca la excepción entre los veteranos que siguen activos y para alargar sus carreras cambian de puesto, pasan a equipos menos competitivos o juegan en una categoría inferior. Esto con Paredes no aplica. Es el goleador de Colo Colo y del campeonato.
Podemos discutir si fue la principal figura del inobjetable triunfo de Colo Colo sobre Universidad Católica. Las opiniones estuvieron divididas entre el propio delantero, Jaime Valdés y Luis Pedro Figueroa, todos de gran cometido. El punto es que uno no puede dejar de detenerse en Paredes y cómo volvió a ser determinante. Del mismo modo en que ha gravitado en cada uno de los partidos del campeonato. El ariete está en la zona. Intratable.
Como el fútbol es la actividad más opinable del mundo y priman las subjetividades quizá a alguien le haya parecido que se perdió un mano a mano con Toselli o fue displicente en el taco que Alfonso Parot le sacó de la línea. Puede ser. Pero ¿acaso no hubo mérito del meta cruzado en el achique? ¡En la definición de taco no tuvo otra alternativa porque quedó pasado!
Con todo, Paredes fue clave. Y su golazo de manual. Primero por la clase magistral de desmarque ante Lanaro. Y después por el gesto técnico perfecto para atacar la pelota, conectar de cabeza y colocarla lejos del alcance del tercer arquero de la Roja. Para enseñarle a un delantero de cadetes cómo moverse en un corner, desprenderse de su cancerbero y cabecear el balón hay darle play al video del primer gol de Colo Colo.
Yendo al detalle, resulta notable la manera en que Paredes usa como escudo el clásico amarre entre otros dos jugadores, se saca la marca y pica hacia el primer palo abierto a la altura del punto penal para buscar la pelota. Instinto puro. Calidad en toda su expresión.
Más allá de gol, la importancia de Paredes cruza los noventa minutos. El tanto inicial queda en la retina, pero su aporte se evidencia en una serie de acciones posteriores. Un botón de muestra, si Andrés Vilches llegó solo a conectar en el segundo gol del Cacique mucho tuvo que ver cómo Paredes acompañó la jugada y arrastró marcas. El ariete entiende el juego, simplifica el fútbol, hace que los circuitos del equipo funcionen adecuadamente.
Es muy difícil saber si Paredes mantendrá su nivel en las próximas temporadas. Dependerá de sus ganas, convicción y autocuidado. A esta altura del partido, la carrera se va evaluando, por lo general, cada seis meses o máximo año a año. Así lo hicieron goleadores como Milito, Klose o Di Natale quienes se retiraron en buena forma. Sólo él sabe hasta cuándo está dispuesto a levantarse cada mañana para ir a entrenar.
Mezquino sería decir que el goleador de Colo Colo brilla porque el campeonato está en baja y los equipos chilenos son un desastre a nivel internacional. Ese es otro análisis. Paredes figura como el goleador del Clausura porque se trata de un enorme jugador que sabe llegó a un equipo grande casi a los 30 años y quiere extender su romance con los albos el mayor tiempo posible. Sus números lo avalan y su presente se disfruta en Macul. Ah, y si Pizzi lo necesita está disponible. Hasta ahora Paredes es el mejor jugador del Clausura 2016-2017.