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Team Chile

La lucha del promisorio pesista cubano para competir por Chile

Arley Méndez lleva casi cuatros años viviendo en Chile y está a punto de obtener la nacionalidad por gracia y así poder competir por la delegación chilena.

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La lucha del promisorio pesista cubano para competir por Chile

Era el invierno del 2013 y Chile organizaba unos Juegos Panamericanos juveniles. Con la delegación de Cuba venía un joven pesista, Arley Méndez, de 19 de años, que ignoraba todo lo que estaba por ocurrir en su vida; que dejaría de ser cubano, que sería padre y obtendría una nueva nacionalidad. Todo esto en cuatro años.

En el último día de competencia, Méndez tenía claro lo que debía hacer. Solo él lo sabía, el resto de sus compañeros cubanos volverían a la isla, y esperaban hacerlo con Arley, pero él ya tenía otros planes. “Desde que llegué a Chile dije que no me movería de aquí”, asegura en conversación con AS Chile y agrega “que este un país bueno, me gustó Chile, aspiré a cosas mejores”.

Los primeros días en suelo nacional fueron difíciles. Era un indocumentado, joven, y sin nadie conocido. En la Federación Olímpica y el Comité lo acogieron, le permitieron entrenar con ellos, pero no podía competir por otro país que no fuera Cuba en dos años, por temas de reglamento. En Chile conoció a su novia, Antonieta, también pesista. Con ella tuvo a Alexis, su pequeño hijo y la razón de no rendirse cuando el ánimo no era el mejor. “Al principio era muy difícil, a veces me achacaba”, recuerda.

El pesista está sentado a un lado del presidente del Comité Olímpico, Neven Ilic, y una serie de autoridades como el diputado Jaime Pilowsky y Tucapel Jiménez. Están informando de un proyecto de ley que le permitirá a Méndez nacionalizarse chileno y poder competir con la indumentaria roja. Cuando es el turno de hablar de Arley, éste se emociona hasta las lágrimas.

“Estoy muy contento, siempre quise llegar a este momento, falta poco. Amo a este país, tengo a la persona más importante de este mundo acá, mi hijo”, dice tras los micrófonos con la voz quebrada mientras recibe los aplausos de los asistentes.

En 2013, el cubano arrasó en la competencia de su categoría. Y en la actualidad da muestras de su nivel en una exhibición de su talento en el Comité Olímpico. Méndez logró en dicha muestra, 175 kilos en arranque y 200 en envión, una marca impresionante con la que fácilmente podría pelear por medallas en campeonatos del mundo.

Quiero representar de la mejor manera a la bandera con lo que mejor sé hacer: levantar pesas. Si me nacionalizo voy a poner la bandera de Chile en lo más alto del podio. No es por ser agrandado, pero para eso entreno, si me dan la oportunidad puedo alcanzar una medalla mundial, una olímpica. Yo creo que Dios me dio el don de hacer esto bien”, señala con una gran sonrisa.

A poco de que su situación se regularice, “el Messi de las pesas”, como lo define su entrenador, se siente encantado con Chile. “Me gusta todo de acá. En Cuba yo no tenía un hijo, aquí lo tengo, en Cuba no tenía pareja y aquí sí”, cuenta emocionado, pero también tiene cosas que lamentar. “Extraño a mi familia, mi mamá, papá, mi hermano, ojalá representar a Chile para que estén orgullosos de mi”, asegura.

Pero en Cuba, las reglas son claras. En la fecha en que Méndez decidió huir, su acción fue considerada como “deserción al régimen cubano”, lo cual se castiga con una pena de ocho años sin poder ingresar al país. Pero el deportista prefiere no entrar en temas complicados.

“Cuando hablo con amigos de Cuba les pregunto cómo está el deporte, si van bien, para qué se están preparando, pero en cosas del Estado, no, no, no”.

En la exhibición, el futuro chileno se luce. Parte con 160 kilos y comienza a pedir más y más peso. Los levanta sin complicaciones y el público lo aplaude. Arley celebra mirando a las cámaras y después de llegar a los 200 kg, su entrenador hace un gesto de “nada más”, hay que cuidar a la promesa.

A cuatro años de su aventura más importante, a la que llegó como un forastero, hoy el caribeño no se arrepiente de su osada decisión, y es que está a punto de cumplir su deseo de ser chileno, al lado de Antonieta y Alexis, pero extrañando el calor de su isla. “Me cuesta el frio, el cambio de temperatura. Me gustan los porotos, las cazuelas, en Cuba no comemos eso”, finaliza el deportista.