Allegri decidió dar descanso a Bonucci y Alex Sandro, dando espacio, en defensa, al joven Rugani y a Asamoah. Arriba, las cuatros estrellas (Cuadrado, Dybala, Mandžukic e Higuaín), que fueron protagonistas del primer tramo del partido. Tras apenas 7 minutos, el cafetero abrió la lata con un testarazo tras un centro de Asamoah, poniendo el choque cuesta abajo. Sin embargo, antes del descanso, los bianconeri tuvieron una mala noticia: Dybala tuvo que dejar el césped por un problema muscular que, según la prensa italiana, podría hacerle perder la convocatoria con Argentina. El técnico sustituyó a la Joya con Pjaca, que se intercambiaba a menudo con Mandžukic (autor de otra gran actuación, de gran entrega) en la banda izquierda. En la reanudación, los de Giampaolo reforzaron su fase ofensiva con Schick y Praet, pero básicamente no crearon peligro en una blindada área de Buffon (Allegri, en los últimos 8 minutos, hasta quitò a Higuaín, sustituyéndolo con Lichtsteiner). El único que se acercó al gol fue el napolitano Quagliarella, que lo intentó con sus típicas soluciones acrobáticas, aunque en vano.
Los bianconeri, defendiéndose con orden, se llevaron un triunfo que les acerca al sexto scudetto consecutivo: a pesar de las complicadas visitas a Nápoles y Roma, los 10 puntos de ventaja sobre los azzurri y los 11 sobre los giallorossi (a la espera del partido con el Palermo de esta noche) dejan a los de Turín muy tranquilos. A falta de apenas 9 jornadas, imaginar remontadas ya se hace muy complicado.