Jireh FC: el equipo cristiano que juega con 12 en la cancha
Los dirigidos por Oscar Rojas son un equipo particular. Piden perdón al cometer faltas y escuchan música religiosa en el camarín, esas son algunas de sus exigencias.
En la cancha 23 de Mayo en la comuna de Macul se vive el fútbol de manera diferente. El recinto de pasto sintético queda en la Calle Las Galaxias, y el equipo que ahí entrena desde las 9 de la mañana, parece venir de un lugar muy lejano.
Respeto y disciplina
Oscar Rojas comanda el entrenamiento del Jireh FC. "El único club cristiano de Sudamérica”, según señala el técnico. El equipo de la Tercera División B se encuentra en pretemporada, pero las reglas y la exigencia no descansan. Pasa una mujer y uno de los jugadores la mira. “¡Te vi!”, le grita el DT ante el silencio de todos los presentes.“¿Acaso nunca has visto a una mujer?”, le reclama.
El club nació hace casi siete años y viven el fútbol de manera distinta. Los garabatos están fuera del vocabulario, el reggaeton con la cumbia no existen en el camarín y el fair play pasa a ser una obligación. “Esto es fútbol, se entra fuerte, pero sin maldad. Yo les digo que vayan con todo y si se les pasa la mano, lo levantan y le piden perdón, porque se equivocaron”, cuenta el entrenador.
Pese a la exigencia de siempre dar el ejemplo, a veces los ánimos se calientan y razonar puede ser algo complicado. “El año pasado nos agarramos con Real Maipú. Fue difícil porque somos cristianos, tenemos que manejar las cosas de otra manera”.
En el camarín del Jireh, el ambiente no es de fiesta, o sí, pero una religiosa. Antes de cada duelo se reúnen con dos horas de anticipación en la cancha. La primera es para rezar y la segunda para escuchar música cristiana y activarse previo a un encuentro. “Hay reggaeton traspasado a letras cristianas, nos motivamos con eso”, señala Mauricio Lara, jugador del club.
Para integrar este equipo no es una obligación ser creyente. Es más, la mayoría de los jugadores llegan sin serlo y terminan convertidos con el paso del tiempo.” Nosotros pretendemos que lleguen chicos que no sean cristianos para que acá conozcan”, asegura Oscar Rojas.
El único requisito que piden es el respeto y la disciplina. “Tuvimos el caso de un compañero que era ateo. Él iba a la iglesia porque eran las condiciones que el profe tenia, nosotros lo respetábamos”, cuenta Lara.
Y es ese punto el que más se oye en los miembros del club de Tercera División: la disciplina. “Hay muchas tentaciones, las fiestas, compañeros que han sido sorprendidos en discos, en peleas. Hay que ver por qué lo hacen, no echarlos. Nosotros evitamos esas cosas porque somos cristianos, no podemos andar juntándonos y escuchando música secular, se hace igual, pero la idea es no hacerlo”, asegura Lara.
Con 12 en la cancha
En la cancha se ven milagros, aseguran. Partidos que se ganan de manera increíble, con goles a última hora y rachas de hasta seis partidos seguidos ganados en los minutos finales. Desde el club, asumen que todo ello es obra de su jugador extra, el número 12 para ellos.
“Tenemos una ventaja que el resto no tiene. Somos como Argentina jugando con Messi. Mientras todos los demás juegan con sus jugadores normales, nosotros tenemos uno extra que marca una diferencia muy grande, y cuando nos vemos complicados, él pone su mano. Es el Messi de nosotros y en algún momento va a marcar diferencias”, dice el DT.
El entrenamiento está por terminar. El entrenador hacer correr a los jugadores un último trote alrededor de la cancha y luego los reúne para elongar. Todos juntos, en un rincón de la cancha, se juntan y comienzan a rezar. Toma la palabra el capitán del equipo, Nicolás Valenzuela y piden por la hija de un cercano al club que está enferma.
La idea de fundar al Jireh nació hacer siete años, cuando Oscar Rojas, entrenador del club, se retiró del fútbol. Jugaba de arquero en el último equipo religioso en desaparecer, el Hosanna, y en su estadía en la institución, sentía que había muchas cosas que no le gustaban, actitudes que se alejaban de sus creencias, y que si el técnico fuera él, muchas situaciones serían distintas.
Ahí comenzó la odisea de parar un equipo. No había dinero, pero Rojas confiaba en que los recursos llegarían. Jireh, en hebreo, significa “Dios proveerá”, y en ese sentido, como en gran parte de la Tercera División, la economía a nivel de club no es estable y se pasan más penurias que momentos de prosperidad. Algo que con fútbol y un mensaje religioso, dejan en segundo plano a cualquier complicación que pueda haber.