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Para Messi que lo mira por TV

El brasileño Sandro Ricci no solo perjudicó a Chile con el gol mal anulado al Chapa Fuenzalida y el penal inexistente a Angel Di María. También se había hecho el turista con los evidentes insultos de Lionel Messi a su asistente Emerson Augusto Do Carvalho. Por estos lados, además de reírnos con los memes y doblajes del ninguneo final de la Pulga al guardalínea, no le dimos mayor importancia a ese entrevero. Nos dolía más el abucheo al himno chileno. Ricci estaba pasando colado.

Pero la FIFA actuó de oficio, castigó a Messi con cuatro fechas, y lo hizo impecable. Aunque sea el mejor futbolista del mundo y mueva cientos de millones de dólares en la industria del fútbol no es un intocable. Si a Valdivia ante Uruguay y Medel frente Paraguay les cayeron sanciones durísimas por insultar a Wilmer Roldán y Néstor Pitana, respectivamente, por qué iba a ser distinto con el crack del Barcelona que empapeló dos veces al asistente brasileño.

Hoy la tecnología es implacable. Y la evidencia indesmentible. Messi puteó a Do Carvalho porque le sancionó una discutible falta sobre Gonzalo Jara y lo garabateó aun más cuando le volvió a cobrar por una jugada con Beausejour donde el jugador de la U lo persigue varios metros y toma reiteradamente del hombro. Al término del partido se volvieron a cruzar y un miembro del staff albiceleste los separó.

Resulta particularmente llamativo por qué Do Carvalho no denunció al capitán argentino. Ricci, como juez central, tampoco lo hizo en su informe. ¿Acaso no hablaron el en camarín? ¿No vieron después las imágenes? Manifestar que no entendió lo que dijo Messi es poco creíble. Tuvo que actuar la FIFA por oficio para hacer justicia. Y en este caso el concepto aplica plenamente porque si el episodio hubiera quedado impune favorecería a Argentina en desmedro de otras selecciones. Sospechoso lo del árbitro brasileño.

Más allá de que la AFA pueda apelar y, eventualmente, conseguir una reducción del castigo, la sanción le pega brutalmente a una selección albiceleste que está cuestionada, sin luces y muy dependiente de Messi. Las estadísticas son demoledoras: con la Pulga en la cancha Argentina ha tenido más de un 80% de rendimiento, sin él menos de un 40%.

Al otro lado de la cordillera el debate está que arde. Y las opiniones se mueven en un rango amplísimo. Desde teorías conspirativas que dicen que la FIFA le está cobrando cuentas pendientes a la AFA por su desgobierno y el desastre organizativo que reina internamente hasta miradas más moderadas que hablan del mérito de la sanción y el error no forzado del delantero del Barcelona. Lo único concreto, y aquí no hay que saber de fútbol para estar de acuerdo, es que la Albiceleste pierde muchísimo sin su principal referente.

En un contexto en que la tabla está apretadísima y Argentina en zona de riesgo el castigo al crack rosarino es una gran noticia para Uruguay, Colombia, Ecuador, Chile e incluso Paraguay. La Albiceleste se debilita y acentúa sus no pocos fantasmas. Allá ellos con sus líos. La Roja padeció dos castigos relevantes y sigue en carrera. Ahora que lo sufran al otro lado de la cordillera. Capaz que en un tiempo más estemos analizando como el “factor Messi” terminó siendo determinante para que Argentina enredara sus opciones camino a Rusia 2018.