Chile 3 - Venezuela 1
Lo que no se vio del triunfo de la Roja ante Venezuela
¿Quiénes son los regalones de los hinchas? La petición de Alexis para patear el penal y muchas cosas más que no se vieron por TV.
Chile se volvió a meter en puestos de clasificación directa en un estadio Monumental que vibró con cada jugada de la Roja. Pudo ser una goleada histórica y luego fue una farra gigante. Una noche mágica que tuvo varios hechos que no se vieron por TV.
Gary y Paredes, los favoritos del público
El aplausómetro ya marcaba tendencias claras antes del inicio del partido para Gary Medel y Esteban Paredes. Los cánticos en su honor se hicieron notar y, en el caso del atacante, recibió el cariño de la fanaticada tras sus goles y tras cada acción de peligro. Al 17 le agradecieron cada quite y hasta cuando cometió algunas faltas.
Tetererere...
El pasado brasileño del Mago Valdivia aún es recordado por los hinchas y cuando ingresó en el segundo tiempo el tradicional cántico, popularizado por el comediante Stefan Kramer, se escuchó fuerte en Macul. El Mago, por cierto, se rió en cuanto escuchó el cantito.
Apoyo a Vidal
El propio Arturo Vidal reconoció tras el partido que lo suyo fue una farra. Tuvo tres ocasiones clarísimas para anotar, pero las falló todas de manera increíble. Más allá de los lamentos iniciales, el público trató de levantarlo con aplausos y gritos. Y el Rey Arturo, que es colocolino y en el Monumental se siente como en casa, agradeció el gesto.
Respeto al himno venezolano
A diferencia de lo ocurrido en Argentina con el himno chileno, la fanaticada de la Roja no solo escuchó con respeto si no que también aplaudió la canción nacional del equipo visitante cuando finalizó.
'Disputa' por el penal
Apenas se sancionó el penal para Chile, Arturo Vidal fue por su revancha y amagó con tomar la pelota. Sin embargo, las ganas de Alexis por ser el exclusivo goleador histórico de la Roja pudieron más. Al final, el 8 chileno aceptó y le dio todo su apoyo al compañero. Tras errar el tiro, el Rey Arturo fue el primero en acercarse a consolar al Niño Maravilla.