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Los ejercicios que funcionan (y los que no) para perder michelines

¿Decidido a deshacerte del flotador? El fitness ofrece un amplio abanico de métodos para reducir cintura, pero la ciencia dice que unos son más efectivos que otros.

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Los ejercicios que funcionan (y los que no) para perder michelines

La palabreja tiene hasta gracia: michelines. Alude, en un derroche de ingenio, a las redondeces del icono/mascota de un fabricante de neumáticos francés, a quien el gracejo español robó el nombre para insertarlo hasta en el diccionario de la RAE. Pero para quien los padece, son cualquier cosa menos una invitación a la sonrisa. Aparte de un componente antiestético (y origen, por tanto, de muchos complejos), los cúmulos de grasa en la cintura son, ante todo, un problema para la salud cardiovascular, como asevera la American Council of Sports Medicine (ACMS). ¿Y a partir de cuándo se consideran excesivos? Por encima de los 100 centímetros en hombres y de 88 en mujeres, según The European Food Information Council). (Ahora que no te vemos, coge la cinta métrica.)

Venga, pues a fundirlos. Y no: no tienes que machacarte a hacer abdominales, un ejercicio inútil cuando la futura tableta de chocolate está recubierta por una gruesa y mullida capa de grasa. Pero sí que existen varias técnicas que, combinadas con una alimentación saludable, contribuyen en diferente grado a que nos olvidemos de una vez por todas de nuestras indeseables lorzas. Esto es lo que la ciencia dice de ellas.

High Intensity Interval Training (HIIT)

Esta exigente técnica torpedea la grasa de la cintura… y de cualquier otra parte del cuerpo. Está basada en ejercicios de alta intensidad que se intercalan a fin de implicar al máximo los sistemas anaeróbicos de producción de energía. Es tal el machaque que después del entrenamiento el metabolismo sigue acelerado hasta 24 horas, consumiendo calorías extra. Puede incluir bicicleta estática, running, natación o ejercicios como el squat jump (salto estático-dinámico), el burpees (fondo en el suelo acompañado de un salto) y los movimientos olímpicos (halterofilia).

¿Funciona? Su funcionamiento para la quema de grasa localizada ha sido probada en diferentes investigaciones, avaladas, entre otras entidades, por la Universidad de los Lagos, en Chile.

Planchas de pilates

Solo hay que mantenerse en equilibrio horizontal sobre el suelo, como si nuestro cuerpo fuera un rígido tablón. ¿Solo? “Se trata de hacer un puente bocabajo, apoyando los codos y los pies en el suelo. Es un ejercicio isométrico en el que no hay ningún movimiento. Sin embargo, obliga al abdomen a hacer el esfuerzo de sujetarnos y estabilizarnos y tiene la ventaja de que se puede practicar en casa sin el peligro de cometer riesgos y es muy efectivo”, dice el entrenador personal Gonzalo Maganto. Para que resulte más eficaz en zonas concretas, se pueden realizar “planchas laterales, apoyando únicamente un brazo”, añade.

¿Funciona? Un estudio de la Universidad de Southern Illinois (EEUU) plantea que este tipo de ejercicios abdominales no tienen un efecto relevante en la pérdida de peso. Y encima puede provocar costocondritis (una dolorosa inflamación del cartílago que une las costillas y el esternón) cuando se realiza “de forma extenuante”, según la Clínica Mayo (EEUU).

Gimnasia abdominal hipopresiva (GAH)

Meter barriga es la base de esta técnica, en apariencia sencilla, y a la que también se conoce como low pressure fitness (fitness de baja presión). “Se compone de posturas de estiramiento sostenidas simultaneadas con respiraciones torácicas y apneas intermitentes”, indica Tamara Rial, directora del International Hypopressive & Physical Therapy Institute en España. En principio, parece más indicado para aplanar el vientre (y combatir la barriga cervecera) que para deshacernos de esas bolsas de grasa que se acumulan en los laterales arruinando nuestra silueta.

¿Funciona? Disparidad de opiniones. Un estudio realizado por investigadores de las universidades Alfonso X el Sabio y Camilo José Cela (ambas en Madrid) halló que el perímetro tras un programa de seis semanas de GAH (20 minutos, tres veces por semana) disminuye significativamente. Pero un estudio publicado en American Journal of Physiology concluye que la reducción de grasa localizada es tan mínima que no merece la pena planteárselo.

Electroestimulación

Sí, llenarse el cuerpo de ventosas es otro de los remedios que se barajan para estilizar nuestra abultada cintura. Y no, no como en aquellos anuncios de teletienda en los que te vendían que podrías cablearte mientras leías un libro o veías la televisión: lo último consiste en plantarse un chaleco con electrodos durante la sesión de entrenamiento, para intensificar el trabajo de los músculos. “Los puntos de aplicación de la corriente eléctrica se distribuyen tanto la parte anterior del tronco como la posterior y puede extenderse a brazos, piernas y caderas con los accesorios correspondientes”, explica Marcos Flórez, entrenador y director de la agencia de entrenadores a domicilio Estarenforma.com.

¿Funciona? Con los electrodos se produce una reducción localizada tres veces mayor que sin ellos, sostiene un estudio del Instituto de Medicina del Deporte de Austria. Pero ¿a qué coste? “Supone un puenteo del sistema nervioso central, de manera que se están activando una serie de fibras musculares de forma artificial que pueden conllevar problemas funcionales”, dice Ángel Merchán, director en Homewellness. Según investigadores de la Universidad de Erlangen-Nürnberg (Alemania), estaría contraindicada para personas con epilepsia, desórdenes y problemas de circulación, hernias de abdomen o inguinal, perturbaciones neurológicas, tendencia a sangrar, irritación de piel, quemaduras o heridas, diabetes, hipertensión, obesidad, niveles altos de ácido úrico o artritis.