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Hernández

Serán Top 100

Nicolás Jarry y Christian Garín, quienes corrieron distinta suerte este viernes en sus singles ante Colombia por la Copa Davis, serán top 100 y comandarán el esperado regreso del tenis chileno a las grandes ligas.

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Serán Top 100
LUIS EDUARDO NORIEGA A.EFE

Romper la barrera de los 100 mejores del mundo no es cuestión sencilla. En las últimas dos décadas solo cuatro chilenos lograron insertarse en ese selecto grupo. Tres de ellos, como jugadores de elite: Ríos, Massú y González, quienes habitaron durante muchos años el primer mundo de este deporte. Un cuarto, Paul Capdeville fue 76 del ranking ATP, superó varias clasificaciones de Grand Slam, Masters Series y recaudó más de un millón de dólares en premios. En definitiva, hizo una digna carrera.

Otros esforzados y talentosos tenistas no lo consiguieron. Por distintos motivos, jugadores como Sergio Cortés, Gabriel Silberstein, Felipe Rivera, Adrián García y Hermes Gamonal quedaron a medio camino en el meritorio segmento que va del 100 al 200 del escalafón mundial.

Nicolás Jarry y Christian Garín, quienes corrieron distinta suerte este viernes en sus singles ante Colombia por la Copa Davis, serán top 100 y comandarán el esperado regreso del tenis chileno a las grandes ligas. Sus progresos son evidentes y, de no mediar algún inconveniente significativo, ese crecimiento no se detendrá. Hoy, el tenis ha cambiado, los jugadores, salvo contadas excepciones, alcanzan su peak después de los 25 años y pueden mantenerse mucho tiempo en la elite. Federer es un caso aparte, está fuera de concurso y no aplica como referencia, pero hay un montón de otros treintañeros jugando su mejor tenis. Jarry y Garín tienen 21 años, el futuro está en sus manos.

En Medellín, pese a la pronunciada laguna entre el séptimo juego del segundo set y el término del tercer capítulo, Jarry demostró su competitividad ante un especialista en Copa Davis como Santiago Giraldo. Ganó el primer set con autoridad y mereció llevarse el cuarto. Levantó con aplomo tres match points y solo un fallido bote pronto impidió que el partido se definiera en una quinta manga donde hubiera pasado cualquier cosa. El nieto de Jaime Fillol sufrió con las pelotas despresurizadas, cometió una pila de doble faltas y falló más de la cuenta con la derecha, pero nunca dejó de luchar. Su derrota por 4-6, 6-2, 6-2 y 7-6 (7) es puro aprendizaje y una experiencia que, de seguro, le permitirá seguir mejorando. Jarry juega un tenis moderno, va para adelante, saca un kilo y le pega durísimo de ambos lados. Tiene que mejorar la movilidad y su defensa.

A Christian Garín nunca le fue fácil representar a Chile en Copa Davis. Por su temprana explosión, título de Roland Garros junior incluido, le correspondió echarse al hombro la pesada mochila del recambio. Hoy, lejos de la presión interna, vive en España donde ha podido enfocarse sin distracciones en su carrera. El resultado está a la vista: se instaló como número uno de Chile y convirtió en un competitivo jugador de challengers. ¿El objetivo? Superar el circuito secundario y meterse de lleno en los torneos ATP 250 hacia arriba.

En el segundo turno ante los colombianos, Garín salió con la misión de igualar la serie. Y lo hizo con solidez ante Eduardo Struvay, un jugador cinco años mayor pero inexperto en lides coperas. El iquiqueño jugó tranquilo, consciente de su superioridad y mejor ranking. Se notaron sus 15 singles anteriores representando a Chile y tanto la evolución de su tenis como su mayor estabilidad emocional. Aunque Struvay, a ratos, no le daba ritmo, pegaba a la derecha como si el mundo se fuera a acabar y presionaba yendo a la red, Garín se mantuvo enfocado y muy consistente. El 6-3, 6-3, 6-2 a su favor ahorra mayores comentarios.

La serie entre Colombia y Chile está apretadísima y se definirá el domingo. A pesar de su juventud, los dirigidos de Massú demostraron que pueden enfrentar mano a mano a la mayoría de los equipos de la región y optar a un nuevo repechaje al Grupo Mundial. En paralelo, Garín y Jarry siguen sumando horas de vuelo y ganando experiencia para un futuro que, más temprano que tarde, debiera significar el retorno del tenis chileno a los grandes campeonatos. ¿O acaso es un despropósito imaginar un Federer – Jarry en la segunda ronda del US Open? ¿O un Murray – Garín en la primera vuelta de Australia 2018? En absoluto. Pasó mucho tiempo desde el retiro de Fernando González. Es hora de creer en ambos. No defraudarán.