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AS MEMORIA

La aventura de Chile en la URSS: el único día que jugó en Moscú

En la capital rusa se jugó uno de los duelos que marcó la historia de la Roja. Sólo días después del golpe, el plena guerra fría, el equipo de Elías y compañia se enfrentó a la URSS.

La aventura de Chile en la URSS: el único día que jugó en Moscú

El 26 septiembre de 1973 Chile jugó ante la Unión Soviética por la ida del repechaje al Mundial de Alemania de 1974. Empató 0-0 gracias un gran partido en defensa. Pero lo que ocurrió ese día en la cancha del Estadio Lenin de Moscú quizás fue lo menos importante. Lo relevante, lo que transformó ese duelo en una historia diferente fueron los días previos, la travesía para llegar hasta allá y todo lo que significó jugar en ese lugar, en ese minuto.

14 días antes se había producido el Golpe de Estado en Chile. Derrocado el gobierno de Salvador Allende, con el presidente muerto en una sala de La Moneda, el poder cae en manos del General Augusto Pinochet. Lo sensato era que el fútbol quedara en segundo plano, pero la estrategia de la Junta de mostrar un país que "estaba normal" y la desidia de la FIFA de pasar por alto las cosas importantes, hizo que el plan original siguiera en pie.

Igual todo estaba cargado de símbolos. En plena guerra fría había que visitar la URSS, un aliado del gobierno de Allende, y que decidió cortar los lazos con Chile tras el Golpe. En medio de la incertidumbre, se especuló los días previos incluso con la posibilidad que los seleccionados chilenos quedaran detenidos apenas pisaran suelo ruso. "Teníamos miedo por nuestras familias", confesó alguna vez el volante Guillermo Páez. Y aunque eso no ocurrió, igual hubo que sortear contratiempos, y polémicas.

Elías Figueroa viajó dos días desde Brasil; Alberto Quintano iba a tomar el avión en México con Carlos Reinoso, pero a éste finalmente no lo cedió América, y tuvo que partir solo junto a Pedro Fornazzari; En Europa, al resto de la delegación le cancelaron de forma muy sospechosa la reserva del vuelvo en Suiza. Cuando finalmente llegaron a suelo soviético, el plantel fue retenido varias horas en el aeropuerto antes de permitirle el ingreso. Era la bienvenida.

"No esperábamos nada y no había nada. No hubo protocolo ni diplomacia", recuerda Leonardo Véliz, integrante de ese equipo. "Nos nos dejaban entrar, porque, supuestamente, no éramos los que estábamos en el pasaporte. Elías en el pasaporte tenía el pelo corto y viajó con el pelo largo. Yo en el mío estaba con bigote y cuando llegué allí no lo tenía"...", contó Carlos Caszely.

El partido y lo evitable

Pese a que casi no hubo anuncios, ni se permitió el ingreso de periodistas, ni cámaras de televisión, cerca de 60 mil personas llegaron al estadio ese día. El recibimiento para Chile fue el que se esperaba: pifias, y muestras de rechazo para un equipo que curiosamente estaba compuesto por jugadores opuestos al regimen, pero eso poco importaba. 

Como casi no hay registro, el partido pasó a ser contado por sus propios protagonistas. Se dice que la Unión Soviética atacó siempre y Chile se limitó a defender. Que Quintano y Figueroa jugaron un partido perfecto, anulando a la gran figura rival: Oleg Blokhlin, mejor jugador de Europa en 1975. Se dice que el equipo de Luis Álamos tuvo sólo una clara en un disparo de Caszely, y que se retiró del estadio feliz, bajo el aplauso del público, y con la satisfacción que el 0-0 lo dejaba con la primer opción de clasificarse en la vuelta pactada en el Estadio Nacional.

Pero ese duelo nunca se jugó. La historia se sabe. El final es triste y evitable. Es la selección chilena jugando ante 40 mil personas en un estadio que se había transformado en campo de detención desde el 11 de septiembre. Es Francisco Chamaco Valdés anotando un gol sin arquero, mientras muchos de sus compatriotas están siendo perseguidos, torturados, y ejecutados. Es por lejos, la clasificación al Mundial más triste de nuestra historia.   

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URSS: Yevgeni Rudakov; Revaz Dzodzuashvili, Mikhail Fomenko, Evgeny Lovchev, Vladimir Kaplichni; Viktor Kuznietzov, Vladimir Muntyan, Oleg Dolmatov (46’ Vladimir Gutzayev); Arkadi Andriasian (30’ Anatoli Kozhemiakin), Vladimir Onishchenko, Oleg Blokhin. DT: Eugenyi Goryansky

CHI: Juan Olivares; Elías Figueroa; Juan Machuca, Alberto Quintano, Antonio Arias; Juan Rodríguez Vega, Guillermo Páez, Francisco Valdés, Sergio Ahumada Leonardo Véliz; Carlos Caszely. DT: Luis Álamos.

Arbitro: Armando Márquez (Brasil)

Estadio: Olímpico Luzhnikí, Moscú, Rusia (Central Lenin)

Público: 48.891