Utah Jazz queda a un triunfo de jugar ante los Warriors de Curry
Gordon Hayward lideró un sufrido triunfo ante unos Clippers que lucen un 1-11 en los Game 5 a los que llegan con empate a dos en la serie.
Chris Paul fue capaz de arañar la victoria para los Clippers en el tercer partido el día en el que Blake Griffin se despidió de los playoffs, pero tras la heroicidad del base la lógica se está imponiendo en la eliminatoria. Los Jazz han recobrado la delantera (2-3) porque cuentan con más recursos que los angelinos. Así de fácil. No hay más secreto. Este Game 5 fue buen ejemplo de ello. Sustentados únicamente por Paul (28 puntos, 4 rebotes y 9 asistencias), la anotación de Redick (26 tantos) y el trabajo de DeAndre Jordan en la pintura (14+12 y un +10 para los de Rivers en los casi 40 minutos que estuvo en cancha), los Clippers lograron impedir que Utah rompiera el duelo al inicio del último cuarto (58-69) aunque acabaron ahogándose en la orilla. En los doce quintos partidos que han disputado en la postemporada llegando con un 2-2 solo han sido capaces de imponerse en uno (1-11).
Gordon Hayward, recuperado tras la intoxicación que apenas le dejó participar en el cuarto encuentro, comandó el segundo asalto de los Jazz al Staples en lo que llevamos de cruce. El alero firmó un 27+8+4+2 con un 9/16 en tiros, aunque acabó compartiendo focos con Joe Johnson. El escolta fue de menos a más para volver a erigirse en el apagafuegos perfecto. Un triple suyo a tres minutos de la conclusión estiró el marcador hasta el 78-83. Poco después, un nuevo zarpazo suyo en forma de step back —horrible Felton quedándose en tierra de nadie en defensa— acabó finiquitando la esperanza de la Lob City (87-92 a 19 segundos de la conclusión). Tras una temporada regular en la que ha firmado su peor promedio anotador desde su año rookie, Johnson se ha erigido en el hombre de la eliminatoria.
Visto lo visto, cuesta imaginar que el cruce salga de nuevo igualado de Salt Lake City. Los Jazz, sin practicar un juego ilusionante o que al menos esté a la altura de las expectativas en ellos puestas al comienzo del curso, están a una victoria de ganar su primera serie de playoffs en 7 años, a una victoria de enfrentarse a los Warriors en segunda ronda. Para impedir que esto sea así, los Clippers necesitan volver a plantear un partido a cara de perro y recurrir a Chris Paul. El base es el asidero al que aferrarse para evitar que en la madrugada del viernes al sábado presenciemos el último partido en la carrera de Paul Pierce.