Así se jugará el clásico
Nadie lo creía, pero el fútbol no deja de sorprender con sus giros inesperados. El inicio de la labor del DT Guillermo Hoyos no logró modificar el curso de los acontecimientos en Universidad de Chile durante la fase inicial del Clausura. La oncena azul persistía en el fluir ínsipido que Víctor Hugo Castañeda no logró desterrar desde la época de Sebastián Beccacece. Ahora, el cuadro laico posee una primerísima opción de obtener el título, faltando cuatro fechas para el final del torneo, gracias a una buena estructura de juego, lo que francamente era inesperado.
Un triunfo en San Carlos de Apoquindo, frente a Universidad Católica en un nueva edición del clásico, lo acercaría al propósito de campeonar. No obstante, el desafío reviste una complejidad inesperada, al margen de la monserga y los clichés de que 'es un partido aparte; no importa cómo llegan los equipos; tiene poco valor la ubicación en la tabla y blablablá...'. Los cruzados saben que no tienen opciones al título, se liberaron de la carga de lograr el tricampeonato y, sin tal estrés, juegan bien sueltos de piernas. En el 5-2 sobre O'Higgins lo demostraron.
Contra la U, el DT Mario Salas alinearía otra formación alternativa. En relación al equipo titular, el mediocampo es toda una novedad, por la posible presencia de Carlos Lobos, Fabián Manzano y Carlos Espinosa en los puestos de César Fuentes, Enzo Kalinski y Diego Buonanotte. La estructura es la misma (doble contención y un enlace), pero el funcionamiento varía en virtud de los rasgos futbolísticos individuales. Por ejemplo, Espinosa es un elaborador de juego paciente y acompasado. Buonanotte resalta por sus cambios de ritmo mediante driblings y/o habilitaciones verticales.
Otras versiones señalan que este último sí será titular y Espinosa descendería a la posición de volante central junto a Lobos. De Kalinski ni hablar entonces. La poca claridad en la mitad de la cancha de la UC solo se resolverá antes del partido en San Carlos.
El panorama en el rival hace dudar a Hoyos en la U. El entrenador se da vuelta en tres ideas y el eje de ellas es Franz Schultz, el gran comodín de los azules. El porteño jugaría de volante central, lateral derecho o marcando la otra punta. Donde finalmente lo ubique el DT argentino sin duda que tendrá un peso en el perfil que adquiera el equipo.
Lo más factible es que Schultz vaya de '2' y que Matías Rodríguez suba al puesto de '7'. Con esto, la U presentaría un rictus más defensivo, dada la naturaleza de marcador de punta de este último. En el costado derecho de los azules habría control garantizado sobre el accionar de la dupla formada por Alfonso Parot y Fernando Cordero.
Que el ex wanderino juegue de lateral izquierdo, moviendo a Jean Beausejour de '11' junto a Felipe Mora y Sebastián Ubilla en la línea ofensiva, se perfila menos realizable. El zurdo se acentó en el costado de la defensa, constituye un buen tándem con Leandro Benegas (suspendido por tarjetas amarillas) en las fases ofensiva y defensiva. Si no estará el argentino, lo que ya es un cambio, realizar otra modificación (con Beausejour más arriba), sería revolucionar todo el flanco izquierdo. Para qué si el equipo funciona adecuadamente.
La última movida táctica de Hoyos es mantener a Schultz de mediocampista central, aumentar a cuatro los volantes (más Lorenzo Reyes, Gustavo Lorenezetti y Gonzalo Espinoza) y dejar solamente a Mora y Ubilla en el ataque. Parece un poco tirado de las mechas. Desde el inicio el DT se ha mostrado enamoradísimo del 1-4-1-2-3, evidenciando su largo paso el fútbol formativo del Barcelona, en España. El equipo rinde y, cuando la cosa no anda muy bien tal como en el 2-0 a Wanderes, el peso del funcionamiento es tal que gana como por inercia. Por lo tanto, no tendría sentido meter mano en el sistema de juego.
Por lo demás, el posible 1-4-4-2 significaría agregarle obligaciones tácticas a Mora de moverse más desde el eje del ataque (porque solo habría dos arriba para cubrir el ancho de la ofensiva) y puede resultar contraproducente. El lugar en el mundo del ex audino es el hábitat del '9'. Allí es expansivo, con su movilidad corta y explosiva en los metros letales, por las recepciones de espalda sin que le rebote la pelota y gracias a la ubicación perfecta en los flancos de los zagueros al salir los centros desde las puntas.
Contra O'Higgins, la UC se vio como un equipo más liviano para ir y volver, aunque sin la espesura de juego que lo otorgan los pesos pesados ausentes en la oportunidad. Su ligereza le significó quedar transitoriamente abajo en el marcador, pero asimismo le facilitó las cosas para terminar goleando.
En la U lo saben. De allí todas las vueltas que Hoyos le da a la configuración del equipo, a pesar de la consistencia futbolística lograr desde fecha anteriores. Antes no había mostrado tantas dudas. Es compresible: va a vivir su segundo clásico y la aspiración es salir al menos indemne, tal como contra Colo Colo, aunque ganar lo dejaría frente a frente a un muy posible e inesperado título.