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ROCKETS 92 - SPURS 103 (1-2)

Los Spurs se ponen en ventaja tras imponerse en Houston

San Antonio recupera el factor cancha con un convincente triunfo. Kawhi, Aldridge y Pau Gasol, claves. Harden (43 puntos), muy solo en los Rockets.

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James Harden trata de anotar rodeado por Kawhi Leonard y Pau Gasol.
James Harden trata de anotar rodeado por Kawhi Leonard y Pau Gasol.LARRY W. SMITHEFE

Los Spurs se están creciendo ante la adversidad. Tras ser vapuleados por los Rockets en el primer asalto, los de Gregg Popovich han cosechado dos convincentes triunfos que les colocan a otros dos más de la final del Oeste. En Houston y en su primer partido de playoffs sin Tony Parker en 16 años, San Antonio volvió a demostrar lo que es: un equipo mayúsculo. James Harden tuvo una gran actuación en el plano individual (43 puntos con 14/28 en tiros), pero no así en el colectivo. Y por si fuera poco, sus compañeros no le secundaron. Esa fue una de las clave de este tercer partido (92-103) en el que Kawhi Leonard (26+10+7) y LaMarcus Aldridge (factor diferencial) impusieron su ley ante los tiradores de D'Antoni.

Revulsivo Pau Gasol

Junto a ellos, un enorme Pau Gasol. No tanto por sus números, que aunque buenos (12 tantos, 9 rebotes, 4 asistencias y 2 tapones en 31 minutos) ya no llaman la atención como antes, sino por su conocimiento del juego, saber estar, brega y experiencia. Devolverle al quinteto titular ha sido todo un acierto. Esta madrugada se le vio tan motivado como en sus grandes noches. Con hambre. En defensa sufrió con algunas de las penetraciones de los exteriores locales (especialmente con las de Harden, quien le dedicó un bonito póster), pero contribuyó de manera decisiva a cerrar el rebote. El equipo que consigue imponer su dominio bajo el aro (anoche San Antonio lo rubricó con un meridiano 39-49) se apunta la victoria. Mientras, en la ofensiva sigue siendo un jugador capaz de marcar la diferencia. Su continúa progresión le ha convertido en una amenazada desde la línea de tres puntos, lo que obliga a sus defensores a alejarse del aro. Unos espacios de los que se benefician sus compañeros. Hoy lo vimos con un Aldridge que se se aprovechó de un par de asistencias del catalán que iniciaron el despegue definitivo de los Spurs.

Cambia el ritmo

Gregg Popovich ha vuelto a demostrar que una de las mayores armas de las espuelas habita en el banquillo. El técnico ha cambiado el ritmo de la serie tras el destrozo que los Rockets hicieron a su equipo al contraataque en el Game 1. Nada mejor que este dato de ESPN Stats&Info para entenderlo: 28, 13 y 7. Esa es la evolución de los puntos de Houston en transición a lo largo de la semifinal. La suma de los dos últimos encuentros se queda a 8 de los 28 del primero, el que se apuntó Houston. No es casualidad. Y eso que hoy los Spurs concedieron 21 pérdidas de balón, algo impropio en ellos, sobre todo en playoffs. Una situación que los locales no supieron aprovechar. ¿Por qué? Porque volvieron a quedarse sin acierto exterior (12/39 en triples). Se pasaron 17 minutos en la segunda parte, casi todo el último periodo, sin cantar un solo bingo. Cuando dentro ya de los 120 segundos finales Harden consiguió limpiar la mirilla ya estaba todo perdido. Simplemente alargó la agonía.   

Equipo

Todas las predicciones habían pasado a apuntar en una sola dirección: Houston. A los Spurs se les veía más justos de recursos y de puntos que su vecino texano. Más aún desde el prematuro adiós de Parker. Sin los tiros que el francés estaba aportando en estos playoffs, la pendiente de la cuesta arriba se ponía aún más peliaguda. Lo lógico era que Patty Mills ocupara su lugar en el quinteto. Pero con Popovich uno nunca sabe. No le tembló el pulso y le entregó la dirección al rookie Dejounte Murray cuando apenas contabilizaba 23 minutos en esta postemporada. No desentonó. De hecho, nadie mejoró su +11. Mills ejerció de ejecutor de un banquillo que se comió a la segunda unidad rival (10-26 en anotación). Simmons se encargó de sostener a los suyos justo al final del tercer cuarto. Apenas un par de minutos, pero muy importantes. Y Danny Green empezó las enchufó de fuera metidos ya en el clutch time. Aportación coral para dinamitar a los Rockets. Todos defienden (no es tarea menos dejar a los cohetes en 92 puntos) y cada uno espera su oportunidad en ataque.  

Harden, demasiado solo

Como hemos visto, los de Mike D'Antoni necesitan volver a imponer un tempo más frenético. De lo contrario, el cuarto partido (03:00, hora peninsular española, de la madrugada del domingo al lunes) podría peligrar. Y un 3-1 favorable a los Spurs sería algo muy difícil de remontar. Para evitar esta situación, Harden no puede llevar solo el peso sobre sus hombros. Anoche, apenas tuvo colaboración en Ariza... pero únicamente durante la primera mitad. Tras el descansó desapareció. Como el resto. No hubo rastro de Ryan Anderson (no convirtió ni una sola canasta), de Nene ni de Lou Williams. Beverley se pasó de revoluciones y Nene no echó una mano a Capela, quien se las tuvo que ver en la pintura con Aldridge, Gasol y Lee. A D'Antoni le toca realizar algún ajuste en la rotación de su equipo que aporte frescura y permita volverles a sobrepasar la barrera de los 100 puntos (están 2-5 este curso cuando no llegan a ella). Ante los Spurs no basta con encomendarte a un excelso Harden