Ewan gana la séptima etapa en una dramática definición
El australiano se benefició de la buena colocación de su equipo, el Orica, y se impuso en una llegada muy complicada a Gaviria. Bob Jungels sigue líder.
Entre trulli, la construcción rural propia de la Apulia (muros de piedra rematados en forma de cono), y plantaciones de olivos y kiwis, el pelotón llegó de Castrovillari a Alberobello. No hubo mayor novedad que el cambio de paisaje. Los 224 kilómetros de la séptima etapa, la segunda más larga del Giro 100, dieron para llevar a los ciclistas por autopistas y carreteras bacheadas. Incluso, para introducir unas medianas peligrosísimas, como la ubicada a 12 km de la meta: el operario que se encargaba de señalizarla no fue arrollado de milagro.
Se fugaron dos valientes, Dmitry Kozontchuk (Gazprom) y Giuseppe Fonzi (Wilier), atrapados a 18 km… tras 204 de escapada controlada por las escuadras de los velocistas. Y al sprint venció Caleb Ewan, aunque estuvo a punto de liarla, como en Abu Dhabi contra Marcel Kittel. Ewan, el más listo en el ratonero final, casi lo estropea al dejar de pedalear en los últimos metros. A Gaviria le faltó nada para remontar. Pero, a sus 22 años, el australiano se estrenó en el Giro y logró su segunda victoria en una grande, tras la de Alcalá de Guadaíra en la Vuelta de 2015.
Ewan, de padre europeo y madre coreana, ha patentado “una postura más aerodinámica” al esprintar: “Me sale natural. Me coloco adelantado al manillar y me estiro lo máximo para evitar la fricción del aire en contra”. Subcampeón del mundo Sub-23 en Ponferrada, quiere mejorar su capacidad de escalar “para aspirar a clásicas y más variedad de llegadas”. Eso le descarta para la trampa de este sábado, una rampa al 12% en Peschici. Los favoritos deberán andar muy atentos para no ceder tiempo antes del Blockhaus.