Pole de Hamilton en Barcelona por delante de Vettel y Bottas
Es la número 64 del piloto británico de Mercedes y la tercera de la temporada. Segundo fue el líder, Vettel y tercero Bottas.
Caminando a la batalla, con esa manera de andar de los guerreros, con el escudero de siempre al lado, paso serio, concentrado, pero no pudo evitar Fernando Alonso la mirada hacia arriba. Es el pasear del torero y su apoderado de diseño. Justo encima de los boxes está la pasarela que da acceso a los pisos que suelen ocupar patrocinadores varios en el circuito de Barcelona. Pero ahí estaban, justo en ese momento, también los aficionados del asturiano. Y cuando iba directo a su coche, con su gorra con la bandera de España, recibió los gritos. "Vamos Fernando", "Tú puedes hacerlo Nano", "Ánimo Alonso". Y el astur sonrió y se metió dentro tras saludar. Pulgar hacia arriba. Esos gritos, justo el día después de terminar último en los entrenamientos del viernes, tras protagonizar otra escena más con pala de pádel incluida, con avería en su motor a la tercera curva. Gritos. Después de todo. "Si alguien puede eres tú", dijo uno. Y el doble campeón del mundo intentó el imposible. Quería estar en Q3. No podía ser, aunque debería. Estuvo.
Poco antes Roberto Merhi, vestido de F2 Campos Racing, charlaba con Roldán Rodríguez, uno fue piloto de F1, otro estuvo a punto de serlo. Junto a ellos pasa Carlos Sainz vestido de faena camino al intento de brillar como sabe. El madrileño saluda a sus colegas, choque de manos con el castellonense que fue su rival para el título de World Series en 2014. "A por ello Carlos", le dicen. Podía estar en la Q3. Y debía. No pudo ser.
Los dos españoles protagonistas en las batallas que les permiten sus máquinas ahora, pero demostrando que podrían, los dos, luchar por la victoria con uno de los coches más veloces. Sin duda. Pero ahora en el gobierno de la F1 están otros genios. Llegan en Barcelona sensaciones perdidas y se pone la piel de gallina cuando sale Lewis Hamilton con su espada de plata, al ver a Sebastian Vettel con un precioso Ferrari rojo. Ellos y sus compañeros de box, Raikkonen y Bottas, los finlandeses de segunda que buscaban la sorpresa.
Al empezar la Q1 se meten los dos españoles y se quedan fuera sus dos compañeros de equipo. Vandoorne a medio segundo de Alonso. Kvyat, último quizá con algún problema, lejos de Sainz. Empieza la Q2, mandan Hamilton y Vettel y… llegó el milagro del guerrero. Dicen que en esto de la F1 no hay superman que valga, que todo es el coche que… y luego llega Alonso, directo de Estados Unidos de dar vueltas en un óvalo con un coche muy diferente, sin apenas entrenar y se mete en la Q3 con un McLaren Honda, a ocho centésimas del séptimo y luchando con Williams y Force India. ¿Eso es posible con el motor Honda? Solo con Alonso. Por su parte Sainz termina duodécimo. No estaba el Toro Rosso como se esperaba. Doce por 20 de Kvyat. Al menos eso.
Llegó el momento de Q3 cuando salen a bailar las estrellas. Ocon, Massa, Pérez y Alonso, el reto más allá de los tres grandes no hacen primer intento. Una vuelta. Entre los grandes, al primer intento mandan Hamilton y Bottas.
Falta poco menos de un minuto y sale el genio astur. Séptimo. Ocon, detrás. Pérez, detrás. Y Massa, detrás. Fernando Alonso saldrá séptimo. Sin palabras. ¿Con un séptimo? Sí, con un séptimo. Con un McLaren Honda. Talento puro. Como Hamilton, 64 para el británico, pole por delante de Vettel, Bottas y Raikkonen con los Red Bull precediendo al héroe del día. ¿Qué pasará en carrera? Veremos… Pero volvemos a aprender una lección: Nunca dejes de confiar en los más grandes.
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