Alonso sigue su puesta a punto: fue el que más vueltas dio
El asturiano fue 24º, pero trabajó duro con vistas a seguir aprendiendo y junto al resto de pilotos de su equipo perfeccionó correr en tráfico.
A veces la vida se gana en los detalles. Pero para llegar a que la chica tenga el anillo de brillantes y oro blanco puesto en su dedo anular antes hay que ahorrar mucho dinero, moneda a moneda y después ir a la tienda y saber elegir y… Igual suele pasar en las carreras de coches. Antes de ganar hay mucho por hacer, pero cuando eres uno de los más grandes de la historia de la F1 no viene mal dejar mensajes.
El asturiano, mediada la sesión de entrenamientos libres, la segunda, quiso dejar un mensaje e hizo un adelantamiento doble por el medio de la pista entre los dos coches absolutamente precioso. Y se lo hizo a dos genios de los óvalos: Helio Castroneves y Juan Pablo Montoya. Ambos pilotos de Chevrolet, ambos ganadores de las 500 Millas en su primera participación, el colombiano en el año 2000 y el brasileño al año siguiente. Helio, de 42 años, ha bebido la leche de Indianápolis en tres ocasiones por los dos triunfos del que fuera piloto de McLaren o Williams en Fórmula 1, que debe cumplir la misma edad en septiembre de este año. Alonso les adelantó, con los tres coches en la misma línea aprovechando rebufos a una velocidad de 370 km/h. Impresiona.
Sin embargo, más allá de la ruleta de Zidane a la selección brasileña, el genio asturiano no marcó gol, se quedó con el balón en el centro del campo. Pero es ahí donde quiere estar. De momento todo es hacerse a este nuevo deporte. Rodar y rodar. Y Alonso fue el que más rodó, terminó con 117 vueltas a los 4.023 kilómetros del ovalo, un total de 470,691 kilómetros. Es como cuando coges un coche de alquiler y corre más que el tuyo, la sensación es bonita, aunque al principio te cuesta coger la posición, andas poniendo el asiento un poco más arriba, algo más adelante… hasta que consigues estar cómodo. Y en eso anda Alonso en Indianápolis, en conseguir estar bien con el monoplaza de chasis Dallara y motor Honda, aclimatándose y empezando a ir deprisa.
En el segundo día el objetivo principal era intentar una aproximación a las condiciones de carrera y poner el coche a punto para esas 500 Millas del domingo 28. Pero no se trata solo del set up sino también de cómo aprovechar los rebufos e ir metido en el tráfico. Por esa razón Alonso trabajó en esta jornada con el resto de pilotos del equipo Andretti, sobre todo con Alexander Rossi y Ryan Hunter-Reay en aprender a pilotar rodeado de otros pilotos en filas de tres, por ejemplo. Eso es algo que Alonso va a ir aprendiendo estos días, a rodar en grupo, a rozar los muros, a una categoría diferente a pesar de que la herramienta sea también un monoplaza, en poco más se parece la Indy 500 a los grandes premios de F1 como el de Mónaco, por ejemplo.
Los pilotos de IndyCar tienen ventaja lógica y así vimos a Will Power marcar el mejor registro con 224,656 (361 km/h), más lento que Andretti en la jornada inaugural, seguido de Castroneves, ambos con motor Chevrolet y es que, según Montoya, los propulsores Honda no daban todo lo que podían a propósito. Alonso, levemente más lento que el primer día y más atrás en la clasificación, 24º a 221,029 (355 km/h). Mientras, Oriol Serviá fue 18º con 221,921. Ahora llega el tercer día. Para seguir aprendiendo, con humildad si le es posible, pero dejando claro que es una estrella.