Manchester United se quedó con el título de la Europa League tras vencer 2-0 a Ajax en la final disputada en Estocolmo.
El equipo de José Mourinho se quedó por primera vez con este título con goles de Pogba y Mkhitaryan.
En Estocolmo un equipo tuvo el balón y otro compitió una final. Y ganó el segundo, claro, el equipo de José Mourinho que la temporada que viene jugará la Champions y que cree, de ese modo, haber convencido a Griezmann y quizá Matuidi, entre otros, a llegar a Old Trafford . El partido en que el United se lo jugaba todo, salió de cara: muy cómodo, pudo haber jugado una semana y no encajar un solo tanto.
El conjunto de Mourinho había puesto sobre el tapete una idea clara, su físico, confianza en la estructura defensiva y velocidad arriba. Fue suficiente . Ni le hizo falta el balón, o casi. Sabía que el talento ofensivo con el que cuenta (principalmente Rashford, Mata y Pogba) se iba a sacar en algún momento algo del bolsillo.
Como así ocurrió. El francés lanzó un balón con fuerza desde el borde del área que desvió Sánchez a gol al poco de empezar. Se puso el encuentro de cara para el United, que había empezado con la fuerza de un equipo Premier . De hecho, el gol marcó dónde se iba a ganar el partido: el inocente saque de banda a la izquierda del área del Ajax no superó la presión alta del United, recibió Pogba y se la colocó en la zurda aprovechando el hueco que había dejado la defensa. Apretó el United, se descentró el Ajax. Y gol. Mourinho, como si supiera que iba a llegar, fue el único del banquillo del United que ni se levantó para celebrarlo.
Se había escrito mucho de los quilates de talento de los 'pipiolos' holandeses, pero ya habían caído con estrépito en la Champions y no pudieron obtener la liga holandesa, así que son menos de lo que parecen. Seguramente a veces juega bien el Ajax, pero en la final no lo hizo. Cuando tu central decide sacarse el balón de encima antes de dividir al contrario, si tu mediocentro no sabe encontrar salidas, si los que deben buscar el último pase se desesperan rodeados de contrarios, si no se abre el campo porque se aceleran las decisiones, si no se gana ni un balón dividido y si se defiende mal los saques de esquina, como ocurrió en el segundo tanto del United justo tras el descanso, es imposible batir a un equipo con oficio .
El Ajax se pasó la noche tirando por el camino más largo aunque parezca el más corto: se jugaba casi todo por el centro que era justo donde el United ponía la trampa. Tener la iniciativa, con un porcentaje brutal de posesión, no le servía de nada a un equipo sin ideas.
Así que vimos todos por qué José Mourinho abandonó la lucha por la clasificación a la Champions en la Premier: se sabía superior a los que quedaban en la Europa League . Y entre todos ellos al Ajax, debió pensar, porque era el que mejor le iba a este United conservador, pero que sabe defender por estructura y por acumulación de hombres, y que tuvo a Fellaini como su gran héroe. Era el receptor del primer o segundo pase ofensivo (en largo mayormente) y no dejaba pasar a ningún rival. Ander Herrera vigiló la espalda de todos y Pogba también corrió al espacio para tapar más que para crear. Fueron los tres grandes protagonistas de un partido que se ganó sin el balón.
Es injusto decir que el United se llevó el título sin crear mucho arriba. Tampoco lo necesitó