La nueva generación rusa asume el desafío de volver a ganar
La Confecup arranca con Rusia-Nueva Zelanda. Los anfitriones no han ganado un sólo partido en el Mundial 2014 y Eurocopa 2016 y apuestan quieren recuperar el respeto perdido.
Rusia inaugura su Copa Confederaciones contra la frágil Nueva Zelanda con un equipo bastante diferente del que no fue capaz de lograr una sola victoria en el Mundial 2014 y la Eurocopa 2016.
Sólo tres veteranos han sobrevivido a los últimos dos fracasos.
El portero del CSKA Akinfeev, de 31 años, y los veteranos del Spartak Moscú Samedov (32 años) y Glushakov (30 años), que hoy dan el equilibrio de la experiencia a un equipo lleno de jóvenes promesas.
Sin la estrella del equipo, el delantero Dzyuba, del Zenit, que es baja por una lesión, la responsabilidad recae en los hombros de los centrocampistas Aleksandr Golovin (CSKA) y Alexei Miranchuk (Lokomotiv), ambos con 21 años.
“Indiscutiblemente, Golovin es nuestra joven estrella más brillante”, afirmó Leonid Slutsky, exentrenador del CSKA y de la selección, sobre el futbolista que debutó como internacional con sólo 19 años, de las manos de Fabio Capello.
Golovin apenas había jugado en primera división, pero logró marcar en su estreno con la selección, contra Bielorrusia, en 2015. Quien también debutó con 19 años y marcó un gol en este mismo partido fue Miranchuk.
Ambos también recibieron el premio al mejor jugador joven de la liga rusa: Alexei en 2015 y Aleksandr en 2016.
Estarán en sus pies la responsabilidad de que la selección rusa sea competitiva y no vuelva a hacer el ridículo de las últimas dos grandes competiciones internacionales. Un buen primer paso sería una victoria convincente hoy frente a un rival que sólo ha sumado un punto en sus cuatro participaciones en Copas Confederaciones.