Hernández
¡Para ti papá!
A veces, la vida da sorpresas, hermosas coincidencias, hechos no planificados que nos marcan y dejan una huella indeleble. Este domingo, en Barcelona, fue un día de aquellos para Daniela Seguel (221 WTA), la tenista número uno de Chile, quien en una estrechísima final ganó su primer título en un torneo ITF de 60 mil dólares en premios.
La Pantera no solo recordará y atesorará este triunfo porque coronó una gran semana, en la que derrotó a varias jugadoras de mayor ranking, sino porque la victoria, la mejor actuación de su carrera, se produjo mientras millones de chilenos a miles de kilómetros de distancia celebraban el día del padre. Sus sentimientos, festejo y dedicatoria, con sus manos apuntando al cielo, tuvieron un solo destinatario: su papá, Jorge, fallecido hace seis meses de un infarto en las tribunas del Club de Tenis El Alba mientras la veía jugar en la final de la Copa Las Condes.
El destino quiso que su mejor torneo como tenista profesional, que cerró ganando por 3-6, 7-6 y 7-6 ante la francesa Amandine Hasse (202 WTA), en tres horas y 17 minutos bajo un sol implacable, fuera en un día tan especial. De seguro, Jorge, desde algún lado, la ayudó a ser fuerte en el segundo set cuando su rival sacó por el partido o más tarde, en el 2-1 del tercero, cuando Daniela pidió asistencia médica producto de la fatiga acumulada. No cabe duda que su papá estuvo presente cuando llegó al tie break del set final y se impuso por 7-3. Solo el tercer parcial tuvo una duración de una hora y 12 minutos de juego.
Jorge Seguel fue el gran impulsor de la carrera de Daniela, el responsable de ir contra viento y marea pese a la evidente falta de recursos. Quién junto su esposa y Jorge, su hijo homónimo, la apoyaron y contuvieron en los momentos difíciles, de incertidumbre, cuando no había plata para seguir viajando por el circuito y el retiro la miraba de reojo. En el Club Hispano Francés de Barcelona, Jorge Seguel padre tuvo un merecido homenaje póstumo.
Hace algún tiempo, Colo Colo, el club de sus amores, apoyó a Daniela para que viajara al US Open y comprometió un valioso aporte para desarrollar su carrera sin tener que estar pensando en ganar el próximo partido para financiarse. Ahora, la número uno de Chile tiene una nueva razón para seguir luchando, un señal que llegó directo a su corazón. No está viajando sola por el mundo. Su viejo querido sigue ahí. Acompañándola. Protegiéndola. Viéndola feliz con una raqueta de tenis.