La situación era ya límite. Y en Canadá explotó. ¿El motivo? Una actualización en el motor Honda que nunca llegó a Montreal y que provocó una catarata de declaraciones de los británicos hacia sus socios japoneses. "Nunca hemos estado tan cerca de romper con Honda" o "2018 no tardará en llegar y necesitamos tomar cualquier decisión", fueron algunos de los titulares que Eric Boullier o Zak Brown realizaron ante la prensa para dejar claro que habían perdido la paciencia y confianza.
Un auxilio, aconsejado en más de una ocasión por parte de McLaren para resolver de manera más rápida los problemas de la unidad de potencia nipona y rechazado por Honda, que ahora parece ser aceptado por Hasegawa: “Él dijo que se alegraría de poder ayudar a Honda en caso de que se lo soliciten. Tendremos que pedírselo. Valoro mucho su ofrecimiento. Seguiremos hablando, estoy seguro de que nos ayudará”.