Histórico
La selección chilena le entrega alegrías al pueblo, está poblando las vacías estanterías de trofeos y, quizás lo más importante, está permanente generando un cambio en el paradigma cultural del país.
La Roja está en la final de la Copa Confederaciones y, pase lo que pase esta noche en San Petersburgo, será histórico. Aunque los jugadores solo lograrán saciar su apetito con la Copa, lo conseguido en este torneo es enorme.
La estada en Rusia ha sido como el mundo al revés. ¿Los alemanes muertos de miedo por enfrentar a Chile? ¿Chile es el gran favorito en un torneo donde participan los campeones de los continentes y del mundo? Si nos lo hubieran predicho hace tres años, habríamos pensado que era un chiste de mal gusto. O que el vidente andaba con la caña.
Este equipo gusta mucho por su dinámica, porque juega bonito, porque contagia con las ganas que tiene. Y también comunica cosas. "La Selección le entrega un mensaje a todos los chilenos: con trabajo y esfuerzo se logran grandes cosas", como dijo Arturo Vidal en la víspera de la final.
Vidal es la voz cantante del nuevo discurso. "Si le ganamos a Alemania, vamos a ser la mejor Selección del mundo", por ejemplo. En otros tiempos le habrían dicho agrandado. Hoy lo escuchan y le creen. A ciegas. Y le creen aún más cuando dice que "si clasificamos, el próximo año vendremos a ganar el Mundial y no a pasear".
Esta Selección lleva dos Mundiales en el cuerpo, venció al campeón defensor España en la última Copa del Mundo, derrotó a Argentina en dos finales de América, despachó al campeón de Europa el miércoles recién pasado y hoy... está en la final de la Copa Confederaciones.
Esta Selección ha logrado algo que en 500 años nadie logró: que los chilenos se creyeran el cuento. Y lo mejor de todo es que esta historia no ha terminado. Se sigue escribiendo.
Es histórico, por dónde se mire. Y puede serlo aún más.