Pumas de Castillo y Rabello no pudo en su visita a Atlas
Los auriazules se pusieron en ventaja en el inicio, pero los rojinegros le dieron la vuelta al marcador para mantener su marcha perfecta en el torneo mexicano.
Hace falta fútbol, por supuesto, para darle vuelta a un marcador. Y se necesita personalidad para no derrumbarse tras un tanto en contra apenas en el primer minuto. La noche de este viernes, Atlas ha tenido una dosis de ambas cosas para derrotar a Pumas de Nicolás Castillo y Bryan Rabello por 2-1, en la segunda fecha del Apertura 2017. Paso perfecto para los Zorros: dos partidos, dos victorias.
En el futbol existe eso que llaman gol de vestidor. Apenas se juega el primer minuto. Néstor Calderón, por abajo, mete una pelota con fuerza al área. Abraham González gana bien la posición. Su remate termina en las redes. Muy pronto, Pumas abre el marcador. Y el Estados Jalisco enmudece.
Pero la respuesta es casi inmediata. Pelota parada, cargada al costado izquierdo. El ghanés Clifford Aboagye acomoda la redonda. Levanta la mirada. El servicio elevado viaja hasta segundo poste. La defensa universitaria se pierde por completo en la jugada. Nadie toma marca.
El colombiano Jaine Stiven Barreiro se eleva sin adversario cerca de él. El cabezazo es sólido. Bien colocado. Alfredo Saldívar, guardameta visitante, queda sin oportunidad. Las redes se mueven. El Estadio Jalisco explota. Los Rojinegros empatan 1-1, al ’11.
La defensa de Atlas luce insegura en el arranque. Un descuido permite que Nicolás Castillo entre a la espalda de los centrales. El control le queda ligeramente largo. Miguel Fraga aprovecha para achicar a toda velocidad. El remate del atacante visitante se estrella en el guardameta, al ‘16.
Transcurren los minutos y el marcador ya no se mueve. Al descanso, se mantiene el empate. Los Zorros han tenido la virtud de no caerse anímicamente tras el gol de vestidor. El équido que dirige José Guadalupe tiene capacidad de respuesta. Y al arranque del complemento va al frente en busca de la voltereta.
Dos avisos. Al ‘55, Juan Pablo Vigón empuja la redonda a las redes, pero el tanto se invalida por fuera de lugar. Diez minutos más tarde, el veterano Rafael Márquez se levanta dentro del área. Conecta de cabeza el tiro de esquina lanzado por Aboagye. La pelota pasa a centímetros del arco.
El capitán del Atlas es todo pundonor. La edad no le pesa. Y al final, la cancha no pide acta de nacimiento. Por eso, tiene piernas para agregarse al frente. Desde el costado derecho, levanta la mirada. Tiene un toque privilegiado. Lo ha exhibido en sus mejores años con el Barcelona. No lo ha perdido.
Conecta con suavidad. En centro medido. La defensa universitaria falla de nuevo en la marca. Matías Alustiza llega exacto al encuentro con la redonda. El remate es preciso. Pegado al poste. Inalcanzable para Alfredo Saldívar. De nuevo a las redes. Fiesta en el Jalisco. Es el 2-1 para los Zorros, al ’70.
La respuesta de los dirigidos por Juan Francisco Palencia simplemente no existe. Es mucha la dependencia de Nicolás Castillo. Cuando el chileno no anda, la producción ofensiva merma de forma preocupante. Los Rojinegros ofrecen mayor sensación de peligro.
Están cerca del tercero. No concretan. Sólo en la última acción del encuentro, Pumas tiene alguna esperanza, pero la bola “muerta” en el área chica, tras un tiro de esquina, nadie atina a empujarla.
El silbatazo final decreta la primera derrota de la UNAM en el Apertura 2017, por 2-1. Y el Atlas sueña como desde la primera fecha. Segundo partido. Segunda victoria. Es el inicio, pero la remontada alimenta la ilusión de una afición que ha esperado paciente por algo importante para celebrar.
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