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ORTEGA

Un gran dilema en la UC

Hace unos días, el DT deslizó que baraja cambiar el esquema posicional. No volverá a intentarlo con el 1-3-4-1-2 del torneo pasado, admitió que evalúa probar con un 1-4-1-3-2.

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Un gran dilema en la UC
ANDRES PIÑA/PHOTOSPORT

Los hechos futbolísticos vuelven a repetirse en Universidad Católica. A fines de febrero pasado, en el contexto del comienzo del Clausura, el DT Mario Salas inició una serie de pruebas para modificar el sistema de juego. Del 1-4-2-3-1, que es un elemento identitario de su vida como entrenador, pasó al 1-3-4-1-2. El equipo no andaba bien entonces, no había fluidez en la mitad de la cancha y carecía de peso en ataque, así que se lanzó en la aventura táctica.

El comienzo de los testeos fue negativo. Tal vez presagiando que la cosa no iba a funcionar como Salas quería. En la cuarta fecha del torneo, la UC cayó por 3-2 ante Unión Española. La novedad fue el doble '9' en San Carlos de Apoquindo, compuesto por Santiago Silva y Roberto Gutiérrez.

Sin embargo, el técnico cruzado no cejó. Insistió con el esquema posicional, ordenamiento que tuvo como hecho llamativo la presencia del delantero Ricardo Noir en el papel de carrilero izquierdo. El proyecto no cuajó. Finalmente, los universitarios volvieron al sistema táctico de siempre.

Hoy, la situación es similar. El funcionamiento de Católica no es el adecuado en ofensiva. Ojo, esto no es solo responsabilidad del 'Tanque' Silva. Claro, el tipo no ha andado bien, está distante del magnifico goleador campeón con Boca Juniors y Banfield, en Argentina. Pero precisa un accionar colectivo en ataque que, recurrentemente, lo posicione en situación de anotar. En el inicio del segundo semestre, solo recibe centros elevados para la disputa aérea contra los zagueros rivales.

Hace unos días, Salas deslizó que baraja cambiar el esquema. No, no volverá a intentarlo con el 1-3-4-1-2 del campeonato pasado. El DT admitió que evalúa probar con un 1-4-1-3-2. "Es una variante. En momentos de partidos es fácil realizar ese cambio a partir de un esquema madre. También se puede hacer desde el inicio de un partido. No lo descartamos para nada, lo tenemos como opción", manifestó en conferencia de prensa.

De ocurrir lo esbozado por Salas, las grandes transformaciones tácticas sucederían de mitad de cancha hacia adelante. El doble '6' daría pasó a un único volante central, lo que sería muy pertinente para Luciano Aued. Hasta ahora, el argentino da indicios de sentirse más cómodo actuando solo en el puesto: no pierde la posición, apoya defensivamente a los zagueros y, en fase de ataque organizado, permanece detrás del bloque adelantado como apoyó de sostén permanente.

En los dos puestos de mediocampistas interiores se vislumbran cuatro opciones preponderantes. César Fuentes puede ser un volante derecho de gran despliegue, con garantía de una alta cuota de acciones de máxima intensidad y simpleza en el toque. La otra carta es Carlos Lobos, de un perfil similar al del rancagüino en cuanto a su performance física, pero con más atributos de generación de juego.  

Carlos Espinoza y Fernando Cordero son las opciones para mediocampista izquierdo. En desesperación, el primero no ha desentonado como volante central adelantado y puede cumplir con la requisitoria: dominio del perfil, juego permanente a ras de piso y pegada larga para buscar a los dos delanteros. En tanto que el 'Chiqui' posee buena dinámica, es preciso con el balón en los pies y otorga un talante defensivo eficaz.

La funcionalidad de Diego Buonanotte no variaría en gran medida. Su labor en el sistema actual es parecida, aunque la nueva fórmula (más a la usanza del mediocampo en rombo argentino) lo reconfortaría más.

Arriba, con la presencia de solo dos delanteros, se abre un amplio espectro. Un doble '9', con el 'Tanque' Silva y David Llanos. Un centrodelantero (cualquiera de los anteriores) más un atacante externo (Jeisson Vargas o Diego Vallejos). José Pedro Fuenzalida queda excluido, ya que la disminución a uno de los hombres en las bandas lo llevaría a retomar el puesto de lateral derecho, como en su paso por Boca Juniors. Tal vez jugar sin un hombre de área y atacar con dos hombres abiertos, dejándole el carril libre a Buonanotte como mediapunta. 

La última palabra la tiene Salas. Es una encrucijada futbolística compleja. ¿Mantenerse fiel al esquema que contribuyó a obtener el bicampeonato? ¿Innovar en busca del remecimiento que acerque a mejores prestaciones en la cancha? En las próximas fechas del Transición, seguramente hallaremos las respuestas.