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ATLETISMO | MUNDIALES DE LONDRES

Van Kiekerk gana a lo Bolt y perdona su récord del mundo

El sudrafricano frenó antes de cruzar la meta en los 400 y se llevó el oro con 43.98. La ausencia de Makwala por un virus gástrico le dejó sin un rival que pudiera apretarle.

Van Kiekerk gana a lo Bolt y perdona su récord del mundo
Patrick Smith
Juanma Bellón
Juanma Bellón. Nació en 1983, en Úbeda. Corrió 800 metros en 1:49. Estudió periodismo en la Complutense y en 2006 entró en AS, a Más Deporte. Escribió de temas polideportivos, mucho atletismo. Cubrió los Juegos de Tokio. Ahora es jefe de la sección de Actualidad. Allí se trata de economía, ciencia, conflictos internacionales, política y lo que sea.
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Tras correr 400 metros, el ácido láctico inunda las piernas de un atleta, respirar se hace una odisea y mantenerse en pie es prácticamente imposible. Y ni el mejor especialista que ha existido en el planeta, Wayde Van Niekerk, se libró de esa terrible sensación tras ser en Londres campeón mundial de la vuelta a la pista. Aparentemente, dominó fácil, 43.98 y 43 centésimas de ventaja sobre la plata Gardiner (44.41). En realidad, acabó fundido. Sumergido en litros de lactato, del que los cuatrocentistas llegan a soportar cantidades industriales (30 minimoles).

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Bolt ha elegido a Van Niekerk como el nuevo portador de la llama del atletismo, pero el sucesor tiene personalidad propia. Es menos showman que el Relámpago, más sobrio, tampoco la resaca de la prueba lo permite: “Soy así, ya sé que venderé menos camisetas que Usain”. Aspira a altas cotas.

En Londres se ha propuesto el doble 200 y 400 con firma Michael Johnson (Mundiales 95 y Juegos 96). Ayer construyó la primera parte en una carrera en la que partía en la calle 6 sin referencia, porque en la 7 debería ir Makwala, el Badman de Botswana que deberia su rival, pero al que no se le dejó competir por el ‘virus de Londres’, Eso allanó el camino al Soñador (The Dreamer) Wayde, que salió desbocado en los primeros 200 metros. Cogió la compensación al jamaicano Gaye (calle 8) y en la recta de meta sólo tuvo que aguantar. En los cuadros, con la mezcla de ácido láctico y la tranquilidad de ganar por un mundo, se frenó. 43.98.