La historia de Roa: el portero que dejó un millonario contrato por su fe
El meta abandonó el fútbol una temporada porque “el sábado es un día sagrado”. Tenía 29 años y el Manchester United seguía sus pasos.
Carlos Roa se encontraba en el mejor momento de su carrera, coronado con 29 años como Zamora de la Liga (portero con mejor porcentaje de goles recibidos por partidos jugados), titular con la selección argentina y con una gran oferta del Manchester United para emigrar al flamante campeón de la Premier League y de la Champions tras una espectacular remontada contra el Bayern Munich en el Camp Nou. El meta no solo rechazó la que podía ser la gran oportunidad de su carrera, abandonó el fútbol por una temporada para centrarse en ser un buen cristiano y se marchó a vivir a Colonia Margarita a seguir la Biblia, su verdadera pasión. Hoy cumple 48 años con una curiosa historia en sus espaldas:
Portero de un gran Lanús
Carlos Ángel Roa (Santa Fe, 15 de agosto de 1969) debutó en la máxima categoría argentina el 6 de noviembre de 1988 con Racing Club de Avellaneda. Antes había iniciado su carrera futbolística como delantero en el Gimnasia y Esgrima de Ciudadela. Tras superar la malaria, que había contraído veraneando en África, Roa firmó por Lanús en la temporada 1994/95. Ahí vivió una gran etapa del club, culminada con la Copa Conmebol, precursora de la Copa Libertadores, lograda 1996 frente al Independiente Santa Fe colombiano. En ese equipo dirigido por Héctor Cúper y donde Roa era el portero titular destacaban jugadores como Ibagaza, Siviero, Óscar Mena o Gabriel Schürrer, que pasarían todos posteriormente por la Liga española, los tres primeros compartiendo plantilla con él en el Mallorca.
Fichaje por el Mallorca
El meta desembarcó en la isla acompañando a Cúper, entrenador de un Mallorca de Champions, y a Mena. Roa disputó 25 partidos en Liga en la temporada 1997/98 en los que recibió 22 goles. En la competición doméstica el equipo acabó en la quinta posición, a tres puntos de la cuarta plaza marcada por el Real Madrid. En Copa del Rey tan solo disputó un duelo, la final contra el Barcelona. Jovan Stanković adelantó al Mallorca y Rivaldo empató en la segunda mitad. El partido se fue a los penales y Roa se hizo enorme, pero aun así los baleares cayeron por 5-4.
Paró los lanzamientos desde los 11 metros a Rivaldo, Celades y Figo y además marcó el quinto lanzamiento de los suyos. Tras su primera campaña en Europa, se había convertido en el portero titular de Argentina disputando todos los partidos de su selección en el Mundial de Francia 1998. Jugó contra Japón, Jamaica y Croacia, en fase de grupos, ante Inglaterra en octavos, en un duelo decidido en los penaltis donde paró los lanzamientos de Paul Ince y David Batty y en cuartos, donde su selección cayó frente a Holanda por 2-1. La temporada siguiente el Lechuga, denominado así por su dieta estrictamente vegana, se coronó como el único Zamora de la historia del Mallorca.
Sufrió 26 goles en 35 partidos de Liga y fue clave para que el equipo finalizase en tercera posición, su mejor puesto histórico. En esa temporada, el equipo balear cayó en la final de la Recopa de Europa, la última que se disputó y donde el Mallorca perdió por 2-1 contra la Lazio de Nesta, Nedved y Vieri, estos dos últimos los autores de los goles. Al inicio de esa temporada había levantado la Supercopa de España derrotando al Barcelona por un global de 3-1 (2-1 en la ida y 0-1 en la vuelta). Como curiosidad, Roa había situado un punto en su dorsal para que no formase el número 13 (1.3) alegando cuestiones religiosas.
Retiro momentáneo tras rechazar al Manchester United
Su magnífica temporada 1998/99 no pasó desapercibida entre los grandes equipos europeos y el Manchester United puso sus ojos en él para ocupar el lugar de Peter Schmeichel, que se marchó libre al Sporting de Portugal con 34 años. Pese a que el club inglés ofrecía en torno a 10 millones de euros al Mallorca por Roa y un gran contrato para el portero, que tenía abierta la titularidad en los Reds Devils, el jugador rechazó la propuesta para retirarse del fútbol.
Con 29 años consideró que había sido “un mal cristiano” y por lo tanto debía “agarrar la Biblia y saber dejarte guiar por Dios”. Confesó que entre los principales motivos de su retiro se encontraba “tener que trabajar el sábado, el séptimo día que es sagrado y de descanso". Como adventista del Séptimo Día considera que el sábado es un día de ‘consagración’ y ‘reposo’, algo incompatible con el fútbol.
Además, afirmó en un programa televisivo chileno que “dar patadas a un rival o blasfemar” también convertían a la persona en mal cristiano. Finalmente el adiós al fútbol fue tan solo de una temporada, pese a que a los cinco meses de inactividad había señalado en el diario Olé que "nunca quise ser futbolista y no echo absolutamente nada de menos al fútbol. Estoy feliz sin el fútbol”. El 5 abril del año 2000 Carlos Roa anuncia su regreso al Mallorca con la condición de no jugar los sábados salvo que sea de noche. Vuelve a tener minutos en la primera jornada de la temporada 2000/01 contra el Valladolid. A partir de la cuarta jornada pierde el puesto de titular con su compatriota Leo Franco, y el 6 noviembre sufre una lesión en el hombro izquierdo que le hace estar seis meses de baja tras ser operado. En la temporada 2001/02 disputó 13 partidos, dos de Champions y 11 de Liga entre la jornada 21 y la 31 aprovechando la baja de Leo Franco.
Un cáncer testicular marcó su llegada al Albacete
Roa acabó contrato con el Mallorca en el verano del año 2002 y buscó una salida ya que no contaba con minutos en el club. Su destino fue el Albacete, que se encontraba en Segunda División. Pero su carrera se vio frenada de nuevo, ya que sufrió un cáncer testicular que le obligó a dejar de jugar durante todo el año para ser operado y recibir quimioterapia y rehabilitación.
En el año 2003 vuelve a jugar con un Albacete que había ascendido a Primera. Disputó 14 partidos en el inicio de la temporada en los que recibió 20 goles. Tras no contar con minutos en el final de curso, Roa regresó a Argentina firmando con el Olimpo de Bahía Blanca, con el que disputó el Torneo de Apertura 2005 y el Clausura 2006, para posteriormente abandonar el fútbol. Pero no se desligó de este deporte, ya que comenzó a trabajar como entrenador de porteros en el Club Atlético Brown de San Vicente. Después de formar parte del cuerpo técnico de Matías Almeyda en River Plate, Carlos Roa es actualmente el entrenador de porteros del Club Deportivo Guadalajara mexicano.