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Pizzi debe afinar las decisiones

Chile jugó su peor partido de la Era Pizzi. Fue un desastre. La Roja había tenido actuaciones deficientes en Ecuador y ante Bolivia en Macul, pero esta derrota no tiene precedentes bajo la conducción de Macanudo e hipoteca la opción de clasificar directo al Mundial de Rusia. Las matemáticas no mienten: Chile supera a Argentina por un gol de diferencia y la Albiceleste se mide ahora con Venezuela en Buenos Aires. Comparativamente, el equipo de Sampaoli tiene la mano para meterse en la zona de clasificación. Esto es fútbol y los partidos hay que jugarlos, pero Argentina goza de una coyuntura más favorable que la nuestra. La Roja puede ganar en La Paz y aun así quedar fuera de los cuatro primeros.

Tal como se preveía y estando fresco el antecedente del bajón post Copa América Centenario 2016 la historia se repitió cruelmente. El paso por la Copa Confederaciones le pasó la cuenta al equipo y la situación se agravó conforme varios cracks llegaron a la citación con poco fútbol tras diferir sus vacaciones y, en el caso de algunos como Isla, Medel y Díaz, cambiar de equipo. El contexto no ayudó en lo más mínimo. Ahora hay que jugarse la vida en Bolivia.

Si Chile hubiese vencido a Paraguay nadie hablaría hoy del carrete de Vidal en Monticello y el fallido traspaso de Alexis al Manchester City. La dictadura del resultado condiciona la lectura de los hechos y sus alcances, pero hay que ser justos. La Roja no cayó por culpa del volante del Bayern Munich ni del delantero del Arsenal. El autogol del Rey Arturo fue una fatalidad. Además, ¿acaso no puede permitirse un partido opaco? Los partidos los ganan y pierden los 11 jugadores, no dos o tres. Si Alexis estuvo pendiente hasta última hora de un eventual traspaso al Manchester City fue por una lamentable coincidencia. El no fija la fecha de cierre del libro de pases en Inglaterra.

Hace rato que Chile está con problemas de finiquito y la solución en la mayoría de los partidos llegó de los pies de Vidal y Alexis. Entonces, ¿vamos a cometer el despropósito de lapidarlos por su actuación ante Paraguay? La memoria es frágil, pero el archivo no miente. Ambos han sido determinantes en decenas de partidos, el alma de un equipo ganó mucho más de lo que alguna vez imaginamos. Se ganaron con creces el derecho de tener una revancha en Bolivia y, eventualmente, ante Ecuador y Brasil en la fecha doble de octubre.

Con todo, el análisis debe ser más profundo. Y hacer reflexionar a Pizzi. Muchos dirán que es fácil criticar con el resultado puesto, pero a la vista del funcionamiento de la Roja cuesta entender por qué Paredes y Valdivia fueron suplentes y Jaime Valdés no tuvo un cupo en el plantel. El técnico tiene la potestad de mover el tablero a su antojo y se ganó ese derecho sobre la base de sus triunfos, pero debe afinar sus decisiones, evaluar a cada jugador que pareciera tener asegurada la titularidad por defecto y, sobretodo, trabajar el último tercio de la cancha para que la concreción no dependa de unos pocos.

Este jueves Chile se enredó en el estadio Monumental y quedó sin margen en su pretensión de clasificar directo al Mundial de Rusia. Lo importante ahora es no entrar en pánico ni caer en proyecciones tremendistas. A pesar de la derrota, los resultados de la fecha fueron favorables y estimulan una necesaria mejora. La Roja sigue dependiendo de sí misma y, en verdad, habría que ser muy malagradecidos si no seguimos confiando en esta generación. Cabeza fría, sentido de supervivencia, convicción y solidez futbolística es lo que se requiere para la gran final del martes en La Paz. Este equipo ya demostró de la madera que está hecho.