Vera

Algo te faltó, Mati

Algo te faltó, Mati
Andres Pina/Photosport
Pablo Vera
Nació en Puerto Natales en 1982. Titulado de Periodismo en la Universidad Austral de Chile. Ingresó a AS en el año 2014 y desde el 2019 es Editor. Entre el 2017 y 2018 efectuó una pasantía en AS España. Durante ese período se encargó de seguir a los futbolistas chilenos en Europa, además de cubrir los partidos de la Roja en el extranjero.
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Es inevitable sentir un poco de nostalgia al saber que Matías Fernández dejará de jugar en Europa. Se vienen a la cabeza esas jornadas brillantes que lo llevaron a ser el mejor jugador de América en 2006 y en el balance general la sensación es agridulce.

Por condiciones pudo llegar mucho más alto y haber jugado en mejores clubes, pero su personalidad introvertida terminó jugándole en contra en un fútbol frío como el del Viejo Continente. Necesitaba un 'padre' como Claudio Borghi, un entrenador que lo protegiera y lo mimara. Sin embargo, en Europa eso 'no se usa'.

Así y todo, muchos pensaron que el Villarreal era la mejor elección para desembarcar en Europa. Estaba Manuel Pellegrini, un compatriota. Eso pudo ayudar, pero el DT no fue capaz de darle la confianza y esperarlo. No supo tratarlo de acuerdo a su personalidad.

Claro, muchos dirán que culpar al entrenador es lo más fácil. Y también es cierto. Matías debía dejar de ser el regalón, el niño bueno para la pelota, y crecer. No pudo hacerlo.

De todas formas, en el 'Submarino Amarillo' jugó bastante: 71 partidos en tres temporadas, donde anotó siete goles.

En Sporting de Lisboa totalizó 12 tantos en 69 encuentros. Fue su mejor registro goleador en Europa, pero ese Mati chispeante, que sorprendía con jugadas de barrio y que era feliz en una cancha, sólo aparecía de vez en cuando.

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Luego vinieron las lesiones y, por ende, la escasa continuidad. El DT Montella terminó siendo 'el Borghi' de Fernández en Europa. Lo tuvo en la 'Fiore' y en el Milan, pero ya era tarde como para recuperar a ese jovencito que deslumbraba. Había crecido, pero había perdido algo.

Su juego se volvió timorato y sólo había que conformarse con destellos de su talento. Eso siempre será poco para quienes lo vimos y lo imaginamos en los grandes clubes del mundo.

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