El bajón de los referentes
Los calculistas futboleros coincidían en que Chile debía llegar clasificado a Rusia 2018 en la penúltima jornada de las eliminatorias. Por ningún motivo se debía viajar a Sao Paulo con la necesidad u obligación de ganar ante el equipo más sólido de Sudamérica y, en estos momentos, máximo candidato a ganar el Mundial.
La planilla excel se fue a la basura debido a la peor cosecha de todo el proceso. Por primera vez desde que se juega por clasificar a la Copa del Mundo 2018 que la Roja no rescata al menos un punto en una doble jornada. Y fue precisamente en una de las fechas que en el papel era más accesible. Paraguay, según los cálculos, era pan comido. Y a Bolivia se le había ganado las tres últimas veces en La Paz. La leche supuestamente estaba cocida para el vicecampeón de la Copa Confederaciones.
Había algo que no estaba en los cálculos de nadie: el bajísimo nivel de los dos máximos referentes de la Roja.
Alexis Sánchez y Arturo Vidal no estuvieron ni cerca de lo que normalmente ofrecen. Ocurrió durante todo el proceso que cuando uno andaba bajo, el otro subía. Cuando Alexis anduvo mal, fue Arturo quien salvó partidos como, por ejemplo, contra Perú. Y cuando el del Bayern Munich andaba más o menos, el tocopillano se convertía en el héroe, como contra Uruguay. Por estos días, lamentablemente, no apareció ninguno de los dos.
La Roja no anota goles desde el empate contra Australia en la Copa Confederaciones. Y en los duelos recientes dispuso de dos oportunidades de convertir: el tanto bien anulado a Charles Aránguiz contra Paraguay y la ocasión de Vidal tras centro de Isla en el primer tiempo contra Bolivia. Poquito para un equipo que hace un año le hizo siete a México y que tiene como carta de presentación el ser ofensivo.
La maldita coindencia del cierre del libro de pases no justifica el bajón de Alexis Sánchez. Su estatus y su historia evidencian un profesionalismo que debe ser directamente proporcional a la cantidad que ofertó el Manchester City por él. Arturo Vidal, en tanto, suma preocupaciones fuera de la cancha que eran evitables y que es imposible que no generen sentimientos extremos en los hinchas, como pena o rabia.
Juan Antonio Pizzi se ve mal. Pareciera no tener respuestas. Esteban Paredes y Jorge Valdivia podrían ser los salvadores de un equipo de competencia local. Suena a insensatez pedirle a los veteranos líderes de Colo Colo, quienes ni siquiera estuvieron considerados en la reciente Copa Confederaciones, que sean héroes en la clasificatoria mundialista sudamericana.
Ojalá Sánchez y Vidal se reenfoquen, porque queda claro que mucha de la opción mundialista pasa por ellos.
Está complicada la cosa.