Vera
¿Sacar a Alexis?
Ninguno es como Alexis, es verdad, pero cuando alguien tiene un día malo, lo único que quiere es que se termine rápido. Eso parecía sentir Alexis Sánchez.
No es el responsable de las derrotas, ni tampoco creo que haya que crucificarlo. Lo que sí quedó claro en esta doble fecha es que Alexis Sánchez no estuvo. Y claro, eso es algo que puede pasar. Hace menos de una semana vio cómo se frustraba su fichaje en el Manchester City y eso lo sacó de los partidos. Era su gran oportunidad de ir a un club ganador y la incertidumbre o frustración lo mataron. No era su culpa que el mercado de pases cerrara el mismo día que un duelo trascendental de la Roja.
Es entendible. A todos nos pasaría si está en juego nuestra carrera y nuestro bolsillo. Ese no es el problema. La gran dificultad es que Juan Antonio Pizzi no fue capaz de resolver el asunto. Si un jugador no rinde, aunque sea Alexis, hay que buscar variantes. Además, su problema no era solo futbolístico. Era mental. Y eso es aún más delicado.
Ante Paraguay y Bolivia, Alexis Sánchez se vio muy irritable, ansioso en la finalización de las jugadas –contra los altiplánicos tuvo un par de remates a cualquier parte cuando la lógica indicaba otra cosa– impreciso, sin chispa y, por más que sea el mejor jugador del equipo, no tiene sentido tanta insistencia en que siga en la cancha. Las cosas no le resultaban y, dado el contexto, eso difícilmente iba a cambiar.
Apostar porque haga una genialidad en algún momento del partido es algo muy básico en un planteamiento. El entrenador debe ser capaz de crear y generar alternativas. Por algo se trata de un seleccionado que cuenta con 23 nombres idóneos para ingresar en cualquier momento.
Ninguno es como Alexis, es verdad, pero cuando alguien tiene un día malo, lo único que quiere es que se termine rápido. Eso parecía sentir Alexis Sánchez, pero Pizzi no quiso advertirlo. O tal vez no se dio cuenta.