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El pecado de Colo Colo

Actualizado a

Pablo Guede no pierde el optimismo en Colo Colo. "Quedamos dos puntitos lejos de la punta, pero debemos pensar en que tenemos que salir campeones", dijo el DT luego del empate ante Iquique, en Cavancha. Los albos ganaban por 1-0 con cierta tranquilidad, pero en el minuto 84 un veloz contraataque del cuadro nortino concluyó con la paridad de Diego Bielkewicz.

A nada de que concluyera el partido, y considerando la trascendencia que implicaba el triunfo en el norte luego de la eliminación en la Copa Chile contra Iberia, llamó la atención que pillaran a los jugadores del Cacique tan mal organizados en defensa. En segundos, lo que era una acción ofensiva de Colo Colo se transformó en un ataque a fondo del elenco local. Fue por la falta de conciencia de juego en los albos: por lo visto en la cancha, erróneamente sintieron que el partido estaba para anotar el segundo gol y no para sostener la ventaja mínima en el marcador. Un pecado táctico.

En el origen de la maniobra, solo Matías Zaldivia, Julio Barroso y Fernando Meza se encontraban en la zona del círculo central en postura defensiva. Claudio Baeza, algunos metros más adelante ocupando el espacio anterior a la línea de tres zagueros, estaba para la captura de los segundos balones. El resto, todos jugados en ataque.

La cosa fue que los tres defensores debieron enfrentar el embate de cuatro jugadores nortinos: Leonardo Espinoza, Diego Torres, Misael Cubillos y Bielkewiecz. Cuatro atacantes solamente contra tres zagueros. Una tremenda equivocación. El partido ya se iba y los tres puntos eran para Colo Colo. Para qué el riesgo sin sentido. Por qué quedar mal parados atrás si había costado tanto llevar el peso del encuentro en ventaja por la cuenta mínima. No se entiende. Aunque esto el fútbol y estas cosas suelen pasar.

En la disputa aérea, Espinoza le ganó a Zaldivia. El balón le llegó a Torres y ahí comenzó la secuencia de tres toques de primera que tornó imposible cualquier respuesta defensiva de Meza, Barroso y Agustín Orión. Los dos zagueros y el arquero fueron los únicos que quedaron detrás de la línea de la pelota para evitar la anotación. Al primer contacto de Torres se agregó luego el de Cubillos para dejar a Bielkewicz de cara al arco colocolino. El goleador argentino, también de primera, puso el balón junto al palo izquierdo. Golazo de los nortinos.

Antes, Gabriel Suazo intento llegar a la marca de Cubillos, pero no pudo. En eso estuvo la clave del asunto. Cuando se generó la maniobra, los carrileros albos se encontraban en su faceta de punteros, muy lejos de Torres y Cubillos. Los extremos nortinos asumieron el riesgo de no involucrarse en su persecución con el fin de ganarles las espaldas. Así ocurrió. Ambos fueron vitales en la elaboración del tanto del empate, actuando con un contacto al balón, lo que frenó todas las posibilidades de reacción de los zagueros.

Sí, fue un gran error de Colo Colo, pero también hay mérito de Iquique. El contraataque local cumplió con las dos máxima de toda maniobra de este tipo: disponibilidad de espacio y velocidad en la ejecución. Cerca de 50 metros recorrieron los nortinos para anotar (casi la mitad de la cancha) y antes de que Bielkewicz marcara hubo solo dos pases (ambos de primera), garantizando así la rápidez requerida por la acción.  

El tema es que el partido concluía y resulta condenatorio que sorprendan a un equipo como Colo Colo, dotado con un plantel y un cuerpo técnico de élite para lo que es Chile, tan 'regalado' en defensa.