Hernández
¿Persecución?
Esteban Paredes salió en defensa de Jorge Valdivia tras su citación al Tribunal de Disciplina por sus declaraciones contra Eduardo Gamboa y dijo que Colo Colo era víctima de una persecución hace mucho tiempo. No se guardó nada y abrió una segunda vertiente en un tema polémico en toda su dimensión. Ahora el debate no sólo se centra en el mérito del llamado a terreno del Mago sino que conecta directamente con la denuncia del goleador albo. Veremos cómo termina la pulseada.
Solo Paredes sabe si su reclamación ha sido tema en el vestuario u obedece una estrategia de presión al Comité Arbitral y el Tribunal de Disciplina para que a Valdivia se lo trate con menos rigor en la cancha y no sea castigado. Lo concreto es que Colo Colo mostró los dientes, salió al frente en una defensa corporativa del Mago e instaló un tema en la agenda que podría condicionar las determinaciones futuras. Touché. Punto para los albos.
La reacción, esperable en todo caso, busca proteger al 10 de Colo Colo a quien el Comité Arbitral quiso darle un escarmiento. He aquí el punto central de la discusión. ¿Vale lo mismo una reacción en caliente, al término de un partido, que una declaración previamente reflexionada durante la semana? En opinión de este columnista hay un mundo de diferencia. Los dichos que provocaron el castigo de Julio Barroso fueron emitidos en otro contexto, lo del Mago es una nimiedad.
La jugada del Comité Arbitral, en algún sentido entendible desde su lógica interna y el hastió que genera en los jueces la personalidad de Valdivia, salió con chanfle. Más allá de lo que decidiera el Tribunal de Penas, el Comité quiso apretar al Mago, enrielarlo, inducir un cambio en su conducta. No contaba con que Paredes y, por extensión, Colo Colo se iban a montar en el macho, a declarar en rebeldía. Ojo, y con pintura de guerra.
¿Es una exageración haber llevado el tema tan lejos? Sí, por varias razones. La primera, ya expuesta: no se puede ser tan drástico con alguien que acaba de terminar de jugar. Semanalmente, los futbolistas padecen yerros arbitrales de distinta magnitud y deben mantener la compostura, medir sus palabras y, los que se animan, criticar con moderación. Todo en un contexto donde si bien se asume que los jueces y sus asistentes actúan de buena fe y tienen partidos buenos y malos muchas veces condicionan los resultados.
¿Otro motivo de peso? Ley pareja no es dura. Clavito Godoy, tipo entrañable, un histórico del fútbol chileno ha tenido desmadres bastante más frecuentes y de alto voltaje que Valdivia. Johnny Herrera, sin ir más lejos, ha sido durísimo con los árbitros y no pasó nada. ¿Se quiere sentar un precedente con el Mago? OK, pero que el Comité lo transparente.
Se ha comentado mucho que Valdivia tiene en su historial 20 expulsiones y más de 170 tarjetas amarillas. Supuestamente cifras muy elevadas para un jugador que no pega y recibe leña partido a partido. Ahora bien, ¿eso es relevante en esta pasada? No vamos a empezar a decir que el Mago no llegó más lejos por reclamón u otras tonteras. El tipo tiene su genio, es histriónico, conversador, derechamente hinchaforros con los árbitros. Pero es su personalidad. ¿O nos olvidamos que también le dicen El Loco? ¿Lo vamos a descubrir ahora? No pasa nada. Si los árbitros lo quieren tener cortito y castigarlo que sea en la cancha, no fuera de ella, de oficio o por secretaría. Es desproporcionado y no se ve bien.